Capítulo 8

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Presente

Aiden Haward:

La tensión existente entre Peter y Kelly fué horrible. Me hubiese compladico de cierta manera haber acompañado a mi hermano y a Peichs. Sin embargo, me dejaron con estos dos amores dolorosos.

Desde que los demás se fueron he soportado un poco de todo, desde comentarios muy indiscretos hasta acusaciones que yo mismo sabían que eran falsas. Así que, solo me permití fingir que no los escuchaba a ninguno mientras me dediqué a solo afilar dos pares de cuchillos.

No aparte mi mirada de ambos, ya que sabía que por más que ellos solo se odiasen, también se deseaban. Era estúpido fingir que si yo me despistaba, ellos no follarán. Eso lo confirmé apenas diez minutos luego de la misión de rescate del grupo, y dos después de su última discusión.

Observé como Kelly lentamente se encaminó hasta las duchas, mientras Peter solo se limitó a verla moverse suavemente hasta esa habitación.

Desde una distancia prudente los observé de manera meticulosa. Y lo que menos esperé fué ver a Peter levantándose para comenzar a caminar hasta mí con un gesto seguro y decidido.

Peter es un chico atractivo. Siempre fué dicho por Lucas, que su mejor amigo era ese clásico Don Juan. Nunca ha dejado de contarme esas anécdotas en dónde ambos salían en busca de chicas, y si no fuese por el método de seducción del moreno, hubiesen desperdiciado muchas noches.

Era claro que ese chico tenía lo suyo. Alto y con un cuerpo demasiado definido, brazos tatuados completos, y sonrisa perfecta. Con lentes, cabello corto, facciones musculosas, piel canela brillante, y ojos negros con un brillo tentador. Demasiado visible para cualquiera.

El chico se detuvo enfrente de mí mientras comenzaba a quitar su camisa por sobre su cuello. Es normal siempre ver a Peter de esa manera; lo acostumbré a ver en bóxers, ya que era nuestro compañero de habitación.

—¿Muy ocupado con los cuchillos? —su tono era dubitativo, pero interesado.

—¿Qué necesitas? —solté de inmediato y la sonrisa se dibujó en su rostro. Lo conozco demasiado bien.

—Que me cubras. Iré a las duchas con Kelly, y bueno... No creo que necesites una extensa introducción de lo que haré.

—¿Tan sencillo cedió? —arqueé mis cejas—. Pensé que ambos se odiaban.

—Lo hacemos —aclaró antes de extender su brazo ligeramente para sostener mi hombro—. Pero cuando tienes tanto encima, necesitas desestresarte de vez en cuando. Lo entenderás cuando dejes de ser virgen...

Algo en su tono pareció extraño...

Era la primera vez que Peter me habló de esa manera y no dejé de pensar en aquello mientras lo observé alejarse lentamente de mi lugar. ¿Acaso...?

—¡Hey! —dejé los cuchillos a un lado y me levanté para correr rápidamente hasta su lugar, luego de tomar toda su atención—. ¿Y si yo quisiera desestresarme?

Por su manera de mirarme con curiosidad y esa elongación ladina de su labio, comprendí que no me equivoqué al pensar que algo había en sus palabras.

—¿Desestresarte? —inquirió con duda antes de repasar su vista por mi cuerpo y morder su labio—. ¿Con Kelly y conmigo?

—Si... —solté con un poco de vergüenza antes de encogerme de hombros—. No veo el por qué no.

—Somos un hombre y una mujer... Sería un trío.

—¿Si fueras yo que decisión escogerías? —indagué sin dejarlo terminar—. Ya es hora de perder la virginidad.

TRILOGY: VENASUMPWhere stories live. Discover now