CAPÍTULO 6

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dedicado a JessRrc

Presente

Ethan Carowey:

El bosque del estado de Montana conduce a una gran montaña desierta en dónde lo único que puedes encontrar en una basta vegetación que cubre cada espacio, picadas pronunciadas, y peligrosas bestias como osos, lobos, y zorros.

Por eso, desde que llegamos a la montaña hemos hecho guardias nocturnas para protegernos en las frías noches. Ya va pasado una semana desde nuestra llegada a este lugar, y nos encontramos muy cerca de la cima de la montaña, tal y como lo predijo Katherin.

Mis amigos duermen sobre los restos de hojas sobre la tierra, mientras utilizan sus bolsos como almohadas. En medio de nosotros está encendida una viva hoguera que nos aporta calor, ya que el frío de la montaña es indomable. Sumado a eso, el ambiente es húmedo gracias a una periódica lluvia transcurrida por el día.

Los sonidos de la naturaleza se van mezclando con mis pensamientos mientras con un pañuelo limpio mi pistola. Observó mi reflejo en ella mientras sigo puliendo el arma. Tragó grueso mientras subo mi vista y miró de nuevo a mis amigos dormir.

Katherin duerme de un lado de su cuerpo con dirección a la fogata. Luce calmada y tranquila. Luego paso a mirar a Joseph, el cual duerme boca arriba mientras con la parte interior del brazo derecho cubre sus ojos. Tiene una sonrisa en su rostro plácido e inocente y me hace pensar que tiene un buen sueño.

Con él la situación a sido extraña. Desde nuestro beso en la casa se ha intentado alejar lo mayor posible, he interactúa lo necesario. Se a dedicado a solo cuidarnos, y me confunde.

Sé que no me imaginaba con él, pero con su beso pude creer..

«Ayuda»

Alcé mi vista al escuchar un sutil susurró venir con la brisa y me giré para ver el bosque sin saber un punto fijo a dónde mirar. Un grito de socorro logró llegar hasta mis oídos pero...

«Ayúdenme»

Otro grito llegó hasta mí desde lo que supe era el norte. Me levanté de mi lugar sin pensarlo dos veces y miré a los chicos rápidamente y dudé en si despertarlos. Pero, si quería tenerlos alertas, debía hacerlo.

Me encaminé hasta Katherin y la sacudí despertandola. Apenas abrió sus ojos le dejé una pistola sin seguro en su pecho.

—Ya vengo.

Sin dar más explicaciones me sumergí en el bosque luego de encender la linterna, en seguimiento de la voz que se iba perdiendo en el aire pidiendo ayuda. Mientras más corría, más fuertes llegaba la tonalidad que fuí descubriendo, era grave y armoniosa. La voz era de chico.

Encontré una picada de rocas y brinqué sobre ellas y crucé un par de árboles hasta encontrar un espacio sin tanta vegetación.

Todo pasó muy rápido desde este punto.

Observé en primera instancia a un chico rubio, alto y delgado que empujaba a lo que parecía ser un infectado, logrando hacerlo caer. En su manos tenía un largo tubo de hierro ensangrentado, el cual levantó para golpear al hombre que intentaba morderlo.

Pero, rápidamente quité el seguro de la pistola y le apunté al infectado en la cabeza, haciéndolo quedar paralizado en el suelo mientras daba un fuerte grito. Una vez aniquilado, subí mi vista hasta el chico.

Piel blanca, cabello largo rubio dorado, y buen físico por más delgado que parezca su cuerpo. Asemeja tal vez unos 23 o 25 años, o entre ellos. Sus ojos son grises, no tan oscuros como los míos, pero si muy claros, como la niebla de por las mañanas.

TRILOGY: VENASUMPWhere stories live. Discover now