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Presente

Ethan Carowey.

Abrí mis ojos lentamente mientras intenté asimilar el lugar donde me encontraba. Mi cabeza dolía fuertemente, y con suavidad llevé mi mano hasta ese punto donde se iba extendiendo el dolor, y encontré algo vendado cubriendo ese punto.

Respiré algo pesado mientras intenté acomodarme en mi lugar y poco a poco fuí girando mi cabeza para ir descubriendo en dónde me encontraba. Sentí seguridad al notar a Cloe en un extremo de la habitación rebuscando algo de los cajones. Pestañeo un par de veces más, y de la nada caigo en cuenta en dónde estamos.

—Ya despertó.

No tuve que adivinar de quién era esa voz, ya que el tono ronco y varonil de Lucas parecía más habitual de lo que me gustaría admitir. Así que me quedé mirando a la morena que comenzaba a acercarse mientras el pelinegro sostenía mi brazo.

—¿Qué hacemos en el sótano? —mi tono es débil, apenas pude pronunciar esas palabras, y parecieron retumbar por toda mi cabeza.

—Fué una manada enorme —Cloe se aproximó hasta mi herida y revisó sin hacer un movimiento brusco—. Tu salvaste a Joseph y de la nada uno se cayó encima. Entre Joseph y yo pudimos liberarte, pero resbalaste y caiste en una roca. Te golpeaste fuerte.

—¿Y los demás?

—Jessi, Aiden, y Owen se quedaron arriba. Katherin también subió y se encerraron —la morena acaricio mi mejilla con cariño mientras me sonreía—. Los demás nos resguardamos aquí...

Cloe subió su mirada e imaginé que el cuerpo a mi espalda era Lucas.

—Ayúdame a levantarlo.

Sin alguna previa queja sentí como unas fuertes manos me tomaban desde la nuca y las piernas, y junto a Cloe, me ayudaban a tomar asiento en el mesón dónde estuve recostado. Colocaron mi espalda en el pilar y solté un quejido mientras me acomodaba.

Ahora podía tener vista de todo el sótano.

Parada enfrente del traga luz con la vista posada en la salida. Desde mi lugar, con el mayor esfuerzo puesto para mi vista, podía ver a varios pies pasando por la ventanilla. Sería imposible que se dieran cuenta de esa ventana, pero igual habíamos dicho que estar cerca de las ventanas estaba prohibido.

—Castella —solté en un tono muy bajo, y Peichs se giró rápidamente mientras parecía esperar mis palabras.

—Solo quería dar mi último vistazo a este lugar antes de saber que moriré de vuelta a California —comentó en un tono agresivo mientras se apartaba, y aunque Luke la intentó detener, hice una seña para que la dejara.

Pasé mi vista hasta Joseph, el cual me miraba con tristeza. Estaba echado en el piso con la espalda pegada a la pared mientras sus manos se extendieron al mismo tiempo que se apoyaban de sus propias rodillas.

Su mirada miel se detuvo un tiempo en la mía y sé que ya no seguía enfurecido por la charla en el sauce. Tal vez había adivinado que me puse a asimilar muy bien lo que me dijo.

—No iremos a California —solté a los cuatro vientos y capturé la atención de todos. En especial la de Peichs—. Será arriesgado y podremos morir.

TRILOGY: VENASUMPWhere stories live. Discover now