Capítulo 18

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Presente

Peichs Castella:

Los días en La Icmar estaban contados, y hoy sería el último de todos. Kelly, Lucas, Aiden y yo estábamos listos para por fin salir de este maldito lugar que se llevó a nuestros amigos.

Los cuatro entramos en el auto. Lucas conduciría mientras que Kelly sería la copiloto; ellos seguían sin hablarse, pero la había colocado en ese lugar, debido a que ayudaría a disparar con certeza a todos los grupos de infectados que se acercarán a nuestro conductor.

Si Lucas caía, estábamos destruidos.
Aiden y yo estaríamos sentados en la parte trasera del auto. Con nosotros llevamos la radio con la que me pude comunicar con Sheis, y mi esperanza corría a partir de la salida de la ciudadela. Tal vez podría volver a entablar con el chico alguna conversación por fuera de este lugar.

Todo estaba listo, y no nos quedaba más que solo prepararnos para salir.

Lucas condujo suavemente el auto hasta subir la pista que conduce a la salida del lugar. Me ofrecí a ser quien abriera este portón, y Aiden me acompañó para ir disparando a todo aquel infectado que cerca se encontrara. Luego, solo bastaría la salida de Lucas para entrar de nuevo en el auto y conducir por la ciudadela.

Mis pasos fueron tacitos, y cada uno de ellos sonaron como eco en mis oídos por medio de los pasillos. Estaba nerviosa por lo que podría pasar, y no es para menos; desde la infección dentro de la ciudadela, había vivido una experiencia que me costaría olvidar toda la vida.

Perdí de primera mano a todas esas personas que tuvieron la esperanza de salir con nosotros, y se me hace inevitable imaginarlos conmigo. Sé que no quisiera perder a nadie más, ya que solo quedan tres personas que claramente tienen gran conexión a mi alma. Sin ellos, estoy segura de que no podría vivir.

—Peichs... —la voz de Aiden me trajo a la realidad una vez que me detuve al lado del botón que abriría el portón, y me giré hasta él.

—¿Sí?

—¿Recuerdas lo que te dije? —preguntó y asentí.

Nada me costó suspirar al mismo tiempo en que apreté mis labios, y presioné el botón.

—Te prometo que saldremos de aquí con vida a todos.

No estaba segura de eso. Para nada. En mi cabeza se mantiene la idea de que tal vez tenga que sacrificarme por alguna de estas personas, y la tristeza y el dolor me inundan por más que me atrevo a afrontar mi destino. Estaba lista para morir si así se requería...

La alarma comenzó a desprender un fuerte tono mientras el portón fué abriéndose lentamente. Los rayos de sol empezaron a colarse por el interior del lugar, y por un minuto nos cegó al chico y a mí, pero; sin embargo, tuvimos que reaccionar de inmediato.

Los disparos comenzaron a salir a gran velocidad, y solo podías escuchar como una bala tras otra sale. Entre Aiden y yo comenzamos a tumbar a todos aquellos infectados que comenzaban a correr hasta este lugar, tras el fuerte sonido de las alarmas desprendiéndose.

Apenas el portón se abrió por completo, el sonido del rigor del motor se hizo audible y en pocos segundos pudimos ver como el auto de Will aparecía a nuestro lado.

Aiden fué el primero en bajar su arma para correr hasta la puerta y entrar. Poco a poco, y sin dejar de disparar, comencé a caminar hasta el auto y me lance de inmediato para protegerme de los Infectados que ya estaban a nada de llegar hasta el cobertizo.

Una vez cerradas las puertas del automóvil, Lucas comenzó a conducir a toda velocidad por el largo pasillo de arena que mostraba la ciudadela. Nosotros nos encargamos de colocar los seguros mientras el pelinegro conducía como si fuera piloto de fórmula uno.

TRILOGY: VENASUMPWhere stories live. Discover now