Amnesia || Magcon [✔️]

73 ~ Conversaciones largas

Tomando en consideración la sugerencia de Sebastian, le di algo de espacio a Nash antes de ir a hablar con él. Quería que tuviera un tiempo para pensar bien las cosas y ordenara sus pensamientos.

Descarté la opción de hablar con él mañana, ya que tampoco quería esperar demasiado tiempo y que luego Nash pensara que no me importaba. Porque sí me importaba, y mucho. Por eso decidí ir a su hotel esta misma noche.

Es cierto que no conocía muy bien a Nash, pero por alguna razón, mi relación con él y todos los chicos, era demasiado importante para mí.

Cuando les conté de mi pérdida de memoria, fácilmente pudieron haberse ido y dejarme aquí con mi nueva vida, pero no lo hicieron. En cambio, tomaron la iniciativa y pusieron el esfuerzo para ayudarme. Y no sólo para que regresara con ellos a California, si no que me apoyaron y respetaron mi decisión de quedarme aquí en Europa.

Realmente no podía imaginar por lo que estaba pasando Nash en estos momentos. Dos de las personas más importantes en su vida, su novia y su mejor amigo, lo habían traicionado. ¿Cómo se recuperaba alguien de eso?

–¿Lista?

Asentí ante la pregunta de Sebastian y salimos del apartamento rumbo al hotel donde se hospedaban los chicos.

Ni siquiera sabía si Nash estaría allí cuando llegara, o si habría ido a otra parte. Tampoco sabía si Cameron estaría, pero esperaba que no se repitiera lo que sucedió en la mañana.

–Mejor vamos caminando –dije cuando vi a Seba intentar detener un taxi.

–¿Segura? No es muy cerca.

La verdad es que no sabía qué tan lejos estaba el hotel, pero no quería llegar tan rápido.

–Si no te molesta, prefiero caminar.

–No hay problema, vamos –sonrió.

Seba me tomó de la mano y cruzamos la calle, que estaba iluminada por faros y los focos de los autos, emprendiendo camino rumbo al hotel.

Tenía miles de cosas en la cabeza y aunque tuve todo el día para aclarar mis ideas, necesitaba más tiempo. ¿Y si llegaba allí y Nash se negaba a hablar conmigo? Tal vez no quería ni verme y yo estaba a punto de presentarme a su hotel sin avisar.

Llevábamos un rato caminando cuando Sebastian habló.

–Estamos cerca, es en la próxima cuadra –señaló hacia el frente con su mano vendada.

–De acuerdo... –murmuré, sintiendo cómo mis piernas comenzaban a temblar con cada paso que daba.

–No te preocupes, ya verás que todo saldrá bien.

Volteé a ver su rostro, encontrándome con una leve sonrisa de su parte. Le correspondí el gesto antes de acurrucarme más cerca de él, en parte porque moría de frío, pero también porque lo quería más cerca de mí.

Cuando llegamos frente al hotel, no pude evitar alzar la mirada para apreciar mejor el edificio. Al ser un hotel, y no un complejo de apartamentos como en el que vivíamos, el edificio era casi el doble del tamaño del nuestro, y parecía lujoso.

–Gracias –le agradecí a Seba cuando abrió la puerta para mí.

El lobby era enorme, decorado con colores rojos que resaltaban por el suelo de mármol blanco brilloso. Y a diferencia del estado habitual de nuestro lobby, en este habían muchas personas.

–Por aquí.

Seba me llevó hasta el mostrador, donde habían alrededor de tres empleados con uniformes, todos detrás de ordenadores. Uno de ellos alzó la mirada en cuanto nos acercamos.