22 ~ Encuéntrame

1.8K 151 21
                                        

NARRA NASH

–¿Te sientes bien? –escuché que preguntaba Hayes, sentado a mi lado.

Volteé a verlo, éste traía el teléfono que mamá le había regalado las Navidades pasadas entre las manos y una expresión en su cara de que no había dormido.

Probablemente, yo también lucía así de cansado.

No dije nada y regresé mi vista hacia la ventanilla, por donde se podía apreciar alguna que otra nube y el enorme océano Atlántico.

Llevábamos apenas 2 o 3 horas en el avión, de camino a Los Ángeles, y aún faltaban alrededor de unas 9 horas más.

Solté un suspiro silencioso y decidí aprovechar las eternidades en las que estaría aquí arriba, para dormir.

~ ~ ~

NARRA CAMERON

A mi alrededor sólo se podían llegar a distinguir árboles.

Enormes árboles cuyas ramas estaban careciendo de hojas con cada segundo que pasaba, éstas se desprendían fácilmente de las ramas y bailaban con la fría brisa que apenas sentía chocar con mi piel, hasta que caían sin preocupación alguna al suelo.

Todo estaba en silencio y el cielo estaba siendo acompañado de la luna, junto a millones de estrellas.

–¿Hola? –pregunté, al escuchar una rama romperse a mis espaldas y me volteé.

En mi cabeza, podía escuchar pequeñas voces que me decían que me alejara, que nada bueno saldría de todo esto, que temiera y no confiara.

Sin embargo, mi cuerpo no sentía ningún tipo de temor, como si a diferencia de mí, supiera lo que vendría.

–Cameron.

Esta vez fue mi nombre el que escuché, en un susurro casi inaudible.

–¿Quién eres? –pregunté.

–Cameron.

Volví a escuchar mi nombre, esta vez más cerca. Me obligué a no decir palabra alguna al notar que, frente a mí, entre los árboles, se movía y acerba una sombra.

–Cam.

Saliendo de entre la oscuridad, se encontraba la chica que, con tantas ansias y desespero, deseaba volver a ver.

–¿Eres tú? –pregunté, acercándome como si no pudiera creer lo que mis ojos me hacían ver frente a mí.

Era ella.

Su cabello rubio se agitaba con suavidad hacia un sólo lado, al son de la brisa, en sus ojos, se podía ver desesperación y el vestido que llevaba la última vez que la vi, tenía pequeñas manchas de sangre. Aun así, su rostro parecía estar en calma y la sonrisa en él no parecía estar al tanto.

–Te extraño –escuché su voz, pero no vi que sus labios se movieran en algún momento.

–Dime dónde estás.

Le pedí, más bien le rogué, acercándome un paso más hacia ella.

–Aunque mis recuerdos no estén al tanto, te extraño –sus labios seguían sin moverse, pero su voz se escuchaba en calma, suave y despreocupada.

No sabía a qué se refería, pero no me importaba.

–Yo igual te extraño –confesé y como si de una sincronización se tratase, levantamos nuestras manos al mismo tiempo, uniéndolas.

Enseguida, sentí su helada piel contra la mía y bajé mi mirada hasta nuestras manos entrelazadas. Viendo como poco a poco sus manos se tornaba azul y sentía como se humedecía, hasta el punto en el que gotas caían de nuestras manos.

Cuando regresé la vista hacia el frente, me llevé una sorpresa al ver que su rostro, junto con toda su piel, se encontraba de un pálido color azul, su traje estaba empapado y gotas de agua caían de él, al igual que de su cabello, que ahora parecía ser negro, su dulce sonrisa había desaparecido, sus labios lucían deshidratados y sus ojos sólo se fijaban en nuestras manos aún unidas.

–¿Estás bien? –pregunté, como si su repentino cambio se debiera a algún estado de ánimo.

Sus ojos subieron lentamente, hasta quedar conectados con los míos, ahora sus ojos se veían completamente negros.

Apretó con fuerza mi mano y esta vez sus labios sí se movieron al hablar.

–Encuéntrame.

~ ~ ~

–¿Cam? ¡Cameron! –escuché que me llamaban mientras me sacudían. –Cameron, despierta.

Abrí poco a poco los ojos y parpadeé hasta ver a Mahogany con más claridad junto a mí.

–Ya llegamos –me avisó, alejándose un poco.

Me froté los ojos, mientras bostezaba y me paré del asiento para estirarme, aunque lo único que conseguí fue chocar mis manos contra el techo.

–Bart y los demás nos están esperando en la salida.

Miré a mi alrededor y en el avión sólo se encontraban algunas personas sacando sus maletas y otras que con ellas en la mano ya se dirigían a la salida.

–Ya se llevaron nuestras maletas –comentó al ver que me dirigía a por mi maleta en los compartimentos de arriba.

–Entonces, vamos –respondí.

Junto con Mahogany, comenzamos a caminar, mientras yo la seguía hacia la salida.

–¿Tuviste una pesadilla? –preguntó de la nada, volteándome a ver por un segundo, a lo que fruncí el ceño.

–¿Por qué lo preguntas? –la miré y ésta se encogió de hombros.

–No parabas de removerte en tu asiento mientras dormías –respondió. –Y a veces, murmurabas cosas.

–¿Cómo qué cosas? ¿Qué era lo que decía? –la miré expectante.

–No lo sé, no se te entendía –respondió antes de que saliéramos del avión y entráramos al largo pasillo que daba al aeropuerto.

–En realidad... creo que sólo fue un simple sueño –comenté.

Mahogany no volvió a decir nada y mientras caminábamos por el pasillo, para reunirnos con Bart y los chicos en el aeropuerto, intentaba recordar más sobre lo que había soñado.

Pero no podía recordar mucho, no era muy claro, lo único que podía recordar, era oscuridad y una voz que me decía algo.

Encuéntrame

Amnesia || Magcon [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora