37 ~ Un secreto

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NARRA LEWIS

–¡Orden setenta y seis!

Levanté la mirada de mi teléfono al escuchar el número de mi orden, me levanté de la silla en la que llevaba esperando los últimos diez minutos y me acerqué al chico que había anunciado mi orden.

–Aquí –le entregué el pequeño papel que me habían entregado al ordenar, con el número de mi orden en él.

–Bien –respondió él, tomando mi papel y dejándolo a un lado, luego tomó la caja de pizza junto a él y me la entregó junto con un par de servilletas. –Aquí tiene, que tenga un buen día.

–Gracias, igualmente –le agradecí antes de salir de allí con la caja de pizza entre mis manos y caminé hacia el estacionamiento.

Cuando llegué a mi auto, saqué las llaves de mi bolsillo y lo abrí. Una vez que la puerta ya se encontraba abierta, entré en él, colocando la pizza junto a mí, en el asiento del pasajero y con las llaves aún en mano encendí el auto. Antes de que pudiese poner el auto en marcha, mi teléfono comenzó a sonar en mi bolsillo y fruncí el ceño al ver de quién se trataba.

~ J. Colder ~

Acepté la llamada y me llevé el teléfono al oído.

–¿Hola? ¿Jeremy? –pregunté extrañado, pues no esperaba su llamada.

–¡Lewis! Hola, hijo, ¿Estás bien?

–Estoy bien, gracias ¿Y tú?

–Estoy bien, estoy bien ¿Estás ocupado? Si tienes un minuto, quisiera hablar contigo.

–Claro, ¿De qué quieres hablar? –pregunté.

–Se trata de un favor que necesito.

–Sí, claro, lo que sea, ¿Qué puedo hacer por ti?

–Me preguntaba si podías ir temprano, mañana en la mañana, para abrir el café, me temo que no podré asistir mañana y no quisiera tener que dejar cerrado el café –explicó.

–Uhm, sí claro... puedo hacerlo, no hay problema.

–Bien, gracias, Lewis.

–No hay de qué –respondí. –¿Jeremy, te sientes bien? –pregunté preocupado al notar que cada vez que hablaba, se quedaba sin aire.

–Sí, no pasa nada.

–¿Puedo preguntarte, porqué me llamó a mí y no a Sebastian? –pregunté, intentando no sonar descortés.

–Bueno, decidí no llamarlo a él porque si se lo mencionaba a él, llegaría enseguida aquí a mi casa para preguntarme qué es lo que sucede –rio un poco. –Tengo cosas que hacer mañana, eso es todo, te lo agradecería mucho –terminó de hablar y asentí.

–Claro, entiendo ¿Necesitas que haga algo más? –pregunté.

–No hijo, eso es todo... –dijo. –Gracias, hasta luego, llámame si sucede algo.

–No te preocupes, lo haré –le aseguré. –Adiós.

–Adiós –se despidió y colgué, dejando el teléfono a un lado.

Suspiré, colocando las manos sobre el guía, mañana tendría que levantarme más temprano de lo acostumbrado. Pero bueno, trabajo es trabajo.

Puse al fin el auto en marcha y me puse el cinturón de seguridad antes de salir del estacionamiento, siguiendo el camino a la casa de Melanie.

Al llegar a la casa, estacioné el auto enfrente y apagué el motor. Guardé las llaves en mis jeans y antes de salir del auto, tomé la caja de pizza con con las servilletas.

Amnesia || Magcon [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora