Amnesia || Magcon [✔️]

48 ~ Paris, Francia

NARRA STELLE

Entré a la tienda y noté que era mucho más grande de lo que creí, lo que me hacía pensar que tardaría más de lo imaginado en encontrar lo que buscaba.

Incluso, pensé en preguntarle a alguien en qué pasillo estaban los útiles de baño, pero decidí mejor buscarlos por mi cuenta.

Comencé a caminar por los pasillos, guiándome con los letreros que colgaban del techo y unos breves minutos después, encontré el pasillo que buscaba, el cual estaba vacío.

No fue hasta que encontré donde estaban las pastas dentales, que un chico alto, de piel bronceada y cabello oscuro, entró por el lado derecho del pasillo, con sus auriculares puestos mientras sostenía y observaba la pantalla de su teléfono.

El chico pasó por mi lado y siguió de largo hasta detenerse frente al área de snacks, junto con la otra comida.

Me tomó un rato poder encontrar la misma pasta dental que compartía con Hazel, la última vez que decidí comprar una nueva, tuve que regresar a la tienda en medio de la noche para comprar la que usábamos anteriormente, porque ni a Hazel ni a mí nos gustó.

Por lo tanto, comprar otra diferente a la que ya estaba acostumbrada, no era una opción.

–¿Ya están abordando? –preguntó el chico de los auriculares, por lo que supuse hablaba por teléfono. –Bien, enseguida llego...

Luego de encontrar la pasta dental, comencé a caminar hacia la izquierda, justo por donde el chico me daba la espalda, para salir del pasillo.

Justo cuando iba a doblar a sus espaldas, él, con un montón de bolsas de papitas en las manos, también lo hizo, haciendo que casi chocáramos. Me detuve en seco, pero al él estar de espaldas a mí, no lo notó y continuó caminando.

No le tomé importancia y lo seguí hasta la fila de cajeros para pagar. La tienda, a pesar de que era grande, no había muchas personas, por lo que éramos los únicos en la fila.

–Siguiente –anunció la chica del mostrador.

El chico, que ahora se mantenía frente a mí, pasó primero para pagar sus cosas, pero mientras lo hacía, recibió otra llamada.

–¿Qué?... pero ya estoy pagando, ¿Acaso quieres que el avión me deje? –bufó. –...Bien, las buscaré... –dijo antes de colgar y se dirigió a la chica detrás del mostrador. –¿Me puedes dar un segundo? Olvidé tomar algo –ella asintió.

De alguna manera u otra, la pasta dental se me resbaló de las manos, cayendo al suelo, por lo que me agaché a tomarla a la misma vez que el chico de los auriculares pasaba de nuevo por mi lado.

Me volví a poner de pie y ante el movimiento, también se me cayó la capucha, pero no me molesté en ponérmela de nuevo.

La chica del mostrador me miró y se pasó al cajero que estaba al lado.

–Puede pasar por aquí.

Caminé en dirección al mostrador donde ella se encontraba y dejé la pasta dental encima.

–Serían... dos con setenta y nueve centavos –dijo al escanearlo y meterlo en una bolsa plástica.

Le entregué tres euros y esperé por el cambio y el recibo.

–Buenas noches –me sonrió, justo antes de que el chico al que atendía hacía unos minutos atrás, regresara al mostrador de al lado y ella regresara a atenderlo.

Ahora que se encontraba de lado, tenía una mejor vista de su rostro, aunque no lo veía por completo.

–Buenas noches –le respondí a la chica y me di la vuelta, notando por el rabillo del ojo como el chico se volteaba hacia mí.