Amnesia || Magcon [✔️]

30 ~ Propuesta inesperada

NARRA HAZEL

–No puede ser...

–Hazel, tienes que calmarte.

–¡No me digas que me calme!

–Sólo digo que deberías respirar un poco más profundo –me mostró un pequeño espacio entre sus dedos.

–¡No podré hacer eso si sigues gritándome! –comenté.

–Hazel, no te estoy gritando.

Y tenía razón, no estaba gritando, al contrario, su voz era suave y dulce. Yo era la que gritaba.

Cerré los ojos por unos breves segundos, tratando de calmarme y respirar más profundo, como había sugerido Stelle. Respiré con calma una última vez y abrí los ojos, encontrándome con una sonriente Stelle frente a mí.

–¿Mejor? –preguntó.

–Sí, gracias –dejé salir un suspiro a la misma vez que me dejaba caer sobre la cama, acostándome sobre ella mientras mis piernas quedaban colgando del borde.

–No hay de qué –se encogió de hombros, mientras su sonrisa se agrandaba, a lo que fruncí el ceño.

–¿Por qué sonríes? –pregunté, levantando mi cabeza para poder ver mejor su rostro.

–Bueno pues, porque... –comenzó a caminar hacia mi lado y se sentó en la cama junto a mí. –Estás nerviosa –río.

Miré a Stelle indignada mientras me sentaba rápidamente.

–¿Te estás burlando de mí? –cuestioné, poniendo una mano sobre mi pecho.

–No, sólo me río de tu expresión –rio de nuevo, esta vez más fuerte.

–No es justo –reproché. –Yo no me burlé de ti cuando saliste con Sebastian –comenté, haciendo que dejara de reírse y achinara levemente sus ojos.

–Eso fue diferente –se cruzó de brazos.

–¿Diferente cómo? –pregunté antes de ponerme de pie. –¡Oh! Cierto, es diferente porque ustedes son novios –finalicé, girándome a ver su reacción.

–¡Hazel! –chilló, colocándose de pie frente a mí a la misma vez que sus mejillas se sonrojaban cada vez más. –¡Eso no es cierto! No somos novios –terminó casi en un susurro.

–Sí como no, y yo soy Taylor Swift –rodé los ojos mientras apoyaba mis manos sobre mis caderas.

–¿Quién es Taylor Swift? –preguntó, desviándose del tema.

Mordí el interior de mi mejilla, nunca pensé que viviría para escuchar a alguien haciendo una pregunta como esa.

–Lo sabrás cuando regrese –hice un ademán con la mano, restándole importancia.

–Si es, que regresas –comentó, mirando la hora en el teléfono. –O siquiera llegas, sólo tienes como 15 minutos para llegar –avisó, haciendo que los nervios regresaran y me cayeran encima como un balde de agua fría.

–¡Agh! –exclamé mientras me miraba en el espejo. –Ni siquiera sé que sigo haciendo aquí –dije, más para mi reflejo que para Stelle.

Estaba completamente lista, ya estaba vestida, maquillada, peinada, sólo estaba lista físicamente ya que mentalmente, no estaba para nada preparada.

Era mi primera cita seria en más de dos años.

–Yo tampoco –comentó Stelle a mis espaldas. –¡Vamos! No te queda mucho tiempo –sentí como forzaba mi bolsa de mano dentro de mi mano y sin decir nada, comenzó a llevarme de la mano hacia la puerta principal del apartamento.