Amnesia || Magcon [✔️]

19 ~ Starbucks

NARRA STELLE

–¿Lista? –preguntó la mujer, cuyo nombre aprendí era Susan, mientras sujetaba la esquina de la pequeña toalla que cubría mi cabello, el cual aún no había visto, pero estaba a punto de hacerlo.

–No –negué con la cabeza, a la misma vez en la que a mi lado, Hazel decía "Sí".

–Hazel no estas ayu... –dejé de hablar inmediatamente en el momento en el que Susan quitaba finalmente la toalla de mi cabeza.

Sentí como mi cabello caía por mis hombros y vi cómo los ojos de Hazel se abrían de par en par y cómo entreabría sus labios, formándose rápidamente en una sonrisa y sus ojos se asemejaban a dos estrellas por el brillo que parecía en ellos.

Mis ojos se desviaron hacia mi reflejo en el espejo frente a mí y si no fuera porque llevaba la mandíbula pegada, de seguro ésta se encontraría en el suelo.

Me veía completamente diferente, sobrepasando la línea de ideas que tenía sobre cómo que vería. Mi cabello se veía oscuro, demasiado oscuro, incluso pareciera ser que es negro por el simple hecho de que aún seguía mojado.

Lo único que le hicieron, como había dicho Susan, fue lavarlo como normalmente lo haría yo con champú y acondicionador, sólo que habían mezclado el acondicionador con lo que cambiaría el color de mi cabello a su estado natural, cuyo nombre del producto ya había olvidado.

Llevé mi mano a un mechón de cabello y aprecié como se sentía de suave contra mis dedos, incluso se sentía mucho mejor que cuando lo llevaba rubio.

–¿Te gusta? –preguntó Susan, llamando mi atención.

–¿Que si le gusta? ¿Es broma? ¡Le encanta! Mira su cara –dijo Hazel antes de que pudiera contestar por mí misma, pero no se equivocaba.

Miré a Susan atreves del espejo.

–Me encanta –aseguré mientras una sonrisa se pintaba en nuestros rostros.

–Me alegra escuchar eso, pero... –giró la silla donde estaba sentada, quedando de espaldas hacia el espejo. –No he terminado –avisó, tomando unas tijeras. –No te preocupes, te prometo que sólo serán las puntas –aclaró al ver mi cara de desconcierto.

Tomó una peinilla y empezó a desenredarme el cabello y cortaba cada vez que ésta llegaba al final, cortando sólo las puntas.

Desde mi lugar, veía como Hazel seguía tomando fotografías con su cámara de vez en cuando y sonreía al ver la foto cuando se revelaba.

NARRA NASH

Era mi turno en la fila y estaba esperando a que llegara la persona que me atendería, ya que la que estaba anteriormente, no hablaba inglés. Para mi sorpresa, era la misma chica a quien había confundido hacía unos minutos atrás. Al verme, se sorprendió al igual que yo, pero una sonrisa no tardó en aparecer en su rostro.

–Que pequeño es el centro comercial –reí por su comentario.

–Hola –la saludé, sin saber qué hacer.

–Hola –rio levemente. –Y... ¿Qué ordenarás? –preguntó.

–¿Qué? ¡Oh!, sí, cierto –por un momento había olvidado el motivo por el cual estaba allí. –Un segundo –saqué mi móvil y volví a entrar en el mensaje que me había enviado Carter y se lo leí a la chica. –Una limonada, un Frapuccino de caramelo, dos chocolates blancos, un Frapuccino doble de chocolate chips y un té verde, para llevar, por favor –la chica asentía en cada palabra que decía, mientras tocaba la pantalla del computador.

–¿Tamaño?

–Grande.

–Bien, el total sería de... veinticinco euros–dijo, volviendo su mirada hacia mí.