Capítulo 23: ADRIEL

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La gente de mi alrededor no para de gritar y apostar por las dos personas que pelean en el ring, que yo he pelado millones de veces y que esta noche no subiré. Una de las razones es porque aún tengo las heridas de mis nudillos cicatrizando, la otra es porque mi mente está muy lejos de este lugar.

Me giro hacia JP, que llevaba borracho casi toda la noche y como Owen no para de sujetarle para que no se caiga, y me gustaría decirle que le soltara tanto físicamente como emocionalmente porque ya no es un niño y debe afrontar sus problemas, pero no lo hago, Dejo que le siga sosteniendo a pesar de que se esté destrozando junto a él.

-Hola, Cass.

Veo a Brenda a mi derecha y ella me dedica una sonrisa mientras mira el espectáculo que tenemos delante, y me habla sobre la mala táctica de uno, pero solo oigo, no consigo escucharla realmente.

-El otro día fue con nosotros a una de las fiestas... -me cuenta sin mirarme-. Nos lo pasamos muy bien y hablamos de ti.

-¿Qué?

La observo con detalle, molesto por lo que ha dicho.

-Que hablé y fui de fiesta con Miley -responde y me quedo en silencio, pensado que en ningún momento había pensado en esa castaña hasta que la ha mencionado-. Me preguntó si salíamos.

-¿Hizo eso?

Asiente con la cabeza y algo raro se forma en mi pecho al saber que se ha interesado por si tengo a alguien, pero aparte de eso, me molesto porque ella piensa que soy capaz de ligar con alguien si estoy comprometido.

-La conté sobre nuestra relación.

Me mira y me sonríe, sonrisa que la devuelvo.

-No estuvo mal, ¿no? -la pregunto-. Para ser dos tontos con ganas de comerse el mundo.

Se ríe y niega con la cabeza.

-Nada mal, sobre todo cuando te colaste aquella vez en mi habitación porque querías emborracharte y enrollarte conmigo.

-No lo niegues, B, te encantó esa noche -me burlo de ella y me da un suave empujón para que pare de avergonzarla.

-Idiota.

La sonrío y me quedo callado, pensando en mi relación con Bren y en la mucho que la aprecio por no haberse alejado cuando conoció a Charles y se enamoró de él.

-¿Qué tan con...?

-¿Mi exnovio? -adivina y suspira con tristeza-. Nos queremos y mucho, Cass, pero yo estoy aquí y él en la universidad.


-Puedes dejarlo, B. Los chicos y yo lo entenderemos.

Niega con la cabeza y baja su vista al suelo, luego me mira y sus ojos se han tornado rojos por las lágrimas que retiene. De repente, entiendo lo que la pasa y la paso mi brazo por sus hombros para ir hacia mi coche, donde la intento calmar lejos de la pelea.

-¿Cuál es el problema, Brenda?

Se pasa la mano por el rostro y me observa con las mejillas húmedas.

-No quiere estar con alguien como yo -me dice y siento como la furia me invade-. Dice que este sitio solo trae problemas y él no quiere ninguno, pero yo...

Nuestras heridasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora