Cuando abro la puerta de mi casa y me dirijo al salón, la ira me invade.
Le veo ahí, sentado en el sofá como si nada y hace que me hierva la sangre como hacía años que no hacía, siento como se apodera de mi y como me invita ha hacer algo terrible... Algo que una vez hice.
Me acerco a él, intentando controlar toda la furia de mi interior, pero no lo consigo. Caigo en manos de la rabia y me dejo llevar por todo lo que siento en ese momento, olvidando por completo si está bien o no. Así que me aproximo a él y ni siquiera soy consciente cuando le agarro del cuello de su camisa blanca, le levanto del sofá y hago que su espalda choque contra la pared. Menos cuando, llevado por la ira, le pego un puñetazo en la cara.
—Yo también me alegro de verte —susurra con una sonrisa en la boca.
—Vete a la mierda.
Le presiono más contra la pared hasta que hace una mueca de dolor, pero no deja de sonreír y eso me enfurece aún más. Noto como mi cuerpo se tensa con antelación por todo lo que una parte de mente quiere hacerle, Pero también como la otra se niega a hacerlo.
—Ya veo que la señorita Wright te ha comentado que ayer fui a darle una vista —dice con diversión—. Una chica muy agradable.
—Eres un... —intento decir, pero las palabras se atascan en mi garganta y odio la impotencia que me provoca eso. Odio que mencioné a Miley, odio que sepa de ella y odio que tenga las agallas para a hablarme sobre ella, sobre mi pequeña estrella.
William me mira con insignificancia como si creyera que aún me afecta algo de lo que piense y me dedica otra de sus falsas sonrisas.
—Tienes suerte de que no te denuncie por agresión, Adriel —dice y el asco se instala en mi sistema cuando dice mi nombre con tanta soltura, con tanta facilidad para añadir—: Pegarle a tu viejo...muy mal.
—Eso me lo dices tú, ¿no?
Su sonrisa se ensancha y veo como dirige su mirada a mi pectoral con un orgullo que me parece enfermizo, que detesto con todo mi ser.
—Eres muy rencoroso —murmura, pero le ignoro. Le ignoro porque es lo mejor que hacer para calmar la furia que incrementa dentro de mi.
—¿Qué mierda haces aquí y cómo coño has entrado? —cuestiono apretando la mandíbula y presionándole más contra la pared.
—Entrar ha sido muy fácil y, ¿qué hago aquí? Pues hablar contigo, claramente.
Aprieto mis puños más contra la chaqueta de su traje.
—¿Por qué has ido a hablar con Miley?
—Oh, Miley... —dice con burla al notar lo mucho que me molesta que haya ido hablar con ella—. Que chica tan guapa, al final de al cabo no tienes mal gusto como pensaba.
Una parte de mi, me grita a que le dé un golpe en su rostro y la otra, que no lo haga. Así que optó por la más razonable y mantengo mis manos quietas, aunque solo quiera molerlo a golpes.
—Ni se te ocurra.
—¿O qué?
Nos retamos con la mirada hasta que le suelto y me aparto de él intentando controlar las inmensas ganas de asestarle un puñetazo, las ganas que tengo de perderle de vista y olvidarme por completo de su existencia.
Yo no soy así, yo no soy él.
—Creí habértelo dejado claro, aléjate de ella —le oigo decir.
Levanto la mirada y aprieto con fuerza la mandíbula.
—Tu no me das órdenes, viejo de mierda —suelto con furia—. Y cómo intentes hacer algo contra ella, contra mi o con alguna persona que me importe... Recuerda que yo también sé jugar sucio y con una simple llamada estarás en los putos tribunales.
La sonrisa de su rostro se borra al completo y me mira de aquella forma que me pone los pelos de punta, pero no dejo que se de cuenta de lo que me afecta y guardo cualquier emoción dentro de mí.
—No te atreverás —sisea con temor.
Le dedico la primera sonrisa en años y le digo:
—Claro que sí
![](https://img.wattpad.com/cover/303059959-288-k306707.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Nuestras heridas
Fiksi Remaja✯PRIMER LIBRO DE LA BILOGÍA NUESTRO ✿ Adriel fue a aquella fiesta por su amigo, pero nunca pensó que esa castaña se cruzaría en su camino. Ella tan solo quería divertirse, pero acabo conociendo a aquel que le pondría su mundo patas arriba. Había alg...