Nuestras heridas

Capítulo 39: ADRIEL

—Ya te echamos de menos, Cass —me decía Brenda al otro lado de la línea—. ¿Cuándo vas a volver?

—Las cosas me van muy bien por aquí, así que no estoy muy seguro.

—¡Vuelve, leyenda! —escuché a JP gritar como un loco.

Me reí y negué con la cabeza mientras B le decía a JP que se callara porque no me oía, luego me contó cómo estaba todo con los chicos y como Owen ya ni la dirigía la palabra por la vergüenza, como había quedado con Charles y le había mandado a la mierda después de haber tenido una pelea, como JP seguía igual que siempre y también sobre las carreras y las peleas.

—Supongo que ya no volverás a este mundillo, ¿no?

—Voy a cumplir mi promesa, Bren —me límite a responderla.

—Él estaría orgulloso de ti, Adriel.

Tragué saliva con un malestar en el pecho al oírla decir eso y me volteé hacia James, que esperaba pacientemente a que terminara de hablar y así ir al estudio.

—Oye, tengo que colgar —la dije porque necesitaba acabar esta conversación —. Hablamos.

—Vale, buena suerte. Un abrazo, tonto.

Cerré los ojos con fuerza al recordar cómo ella me llamó así una vez.

—Adiós.

Colgué la llamada y fui con James hasta el coche con todos los recuerdos en mi cabeza, con ella revolviéndolo todo y haciendo que mi corazón la extrañara, aunque hubiera sido ella quién lo había roto.

Porque el corazón no entiende de dolor, de rupturas...

El corazón tan solo entiende de amor y de las locuras que se hacen por él, aunque la persona que quieres le haya destrozado.

Pensé en sus ojos marrones con esas notas verdes.

Pensé en su cabello castaño.

Pensé en sus preciosas sonrisas.

Pensé en sus abrazos y en sus besos.

Pensé en lo mucho que la seguía queriendo...

Si la odiarás todo sería más sencillo.

Entonces recordé las palabras que una vez le dije a Brenda: «No le odias. Quisieras odiarlo porque entonces te sería más fácil todo, pero no le odias y es muy posible que no lo hagas en ningún momento» y me jodió saber que esas palabras también iban para mí.