Capítulo 13. Unir la mitad de dos corazones rotos. (1)

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Tras una incómoda presentación con Liver, Jieun pasó tres días más en cama, recibiendo las visitas espontaneas de Chang Xue, que se presentó nuevamente, un niño siempre sonriente y dispuesto a complacer cada pequeña solicitud de Jieun, incluso si ella no tenía ninguna. Le ayudó a comer y mantuvo cómodas conversaciones sobre la tierra de donde provienen, sin ahondar demasiado.

La segunda persona que conoció o la tercera en todo caso, se trató de Zen, el muchacho que salvo su vida al derrotar a los asesinos. De carácter educado y respetuoso, sorprendente para alguien tan joven. Su visita en la tienda de Liver no fue por mera cordialidad o socializar, sino a rendir un informe del cuidado de otro paciente. Jieun pensó que debió entender la forma en que Zen la miraba, esperando alguna reacción o palabra. Lastimosamente ella solo tenía espacio para una cosa a la vez, su supervivencia en manos de una mujer robusta con la fuerza de partir troncos con sus manos y doblar cucharas de metal solo usando el pulgar. Además, de olvidar las palabras de la misma Liver sobre un novio.

Luego de una larga y tendida conversación entre Liver y Zen, mientras ella jugaba palillos chinos con Chang Xue, ambas personas centraron su atención en ella. Liver inclinó la cabeza a Zen y el muchacho de cabellera rosada caminó hasta ella, arrodillándose, con una gran incomodidad en su rostro y vergüenza por lo rojo de sus mejillas, explicó a detalle la condición del otro paciente.

A Jieun no le interesaba realmente la salud de un paciente que no conocía ni de nombre o cara, solo asintió en silencio, fingiendo preocupación distrayéndose del juego con los palillos que fácilmente Chang Xue ganó. Fue hasta el final del extenso y detallado informe de Zen, que Chang Xue interrumpió y ayudo a Jieun a unir las piezas faltantes del rompecabezas.

—Con su cabello tan rojo, creí que le rompieron la cabeza. —Soltó con sarcasmo, encogiéndose de hombros y ordenando los palillos en sus manos.

Zen le propinó un coscorrón, regañándole por ser irrespetuoso.

Chang Xue rechinó sus dientes, arrojando los palillos y lanzándose a pelear en el suelo contra Zen.

Liver bufó, ignorando su discusión infantil para llenar los suministros de vendajes y medicamento que Zen llevaría a la otra tienda.

Jieun, estuvo silenciosa e ignorando como fue en ese instante, abrió los ojos, arrojo la única cobija cubriendo sus piernas y salió corriendo de la tienda.

Las tres personas en la tienda intentaron detenerla, pero con dos niños luchando y una mujer de espalda ancha que debe pasar por una pequeña abertura que funciona como puerta, le dio el tiempo suficiente a Jieun para encontrar la segunda tienda al frente, cruzando por en medio de una fogata apagada.

A grandes zancadas estuvo al otro lado, empujó la cortina que fungía de puerta. Una vez dentro, lo vio.

Su respiración se cortó, paso a paso disminuyo la distancia, cayendo de rodillas a un lado de la improvisada cama.

Recostado bocabajo con vendas por sus brazos y piernas, una cobija cubriendo su trasero, el gran vendaje pasando por su torso y un enorme parche blanco, del cual sobresalía una masa de aspecto rugoso y color asqueroso, firmemente pegado a su espalda. Soló con mirar fijamente más de un segundo, estaría atenta al movimiento de sus pulmones al respirar.

Con su mano temblorosa toco los cabellos carmesí, sus dedos rozando las hebras, lentamente descendiendo hasta sentir la firmeza de su cabeza y la sedosidad del cabello.

Sin un sonido escapando de sus labios, ella se encorvó, apretando su mano libre contra el suelo de tierra, cerro los ojos y las lágrimas escaparon.

Sin amor - Ruta alterna CarseinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora