Extra 17. La disputa por el caballero. (4)

82 8 5
                                    

***

Incluso si el tiempo le dio la razón para dejar de creer en los milagros. Todavía guardaba un poco de esperanza en una esquina oscura y recóndita de su corazón. Dicho de otra forma, disfrutaba tanto su nueva vida junto a su familia, amigos y nuevo hogar, que había dejado de pensar en la posibilidad de recibir un trato amable o por lo menos respetuoso de cualquier individuo proveniente del Imperio de Castina.

Tan solo eras un peón. ¿Por qué otra cosa permití que te volvieras la Emperatriz?

No puedes sugerir esto. Poner a un noble al mismo nivel que un plebeyo. Eres la Emperatriz ¿En qué pensabas?

Si aceptaste solo porque no existía otra opción. ¿Has pensado en todas y cada una de las personas que han colocado sus esperanzas ciegas en ti? Eres la madre del Imperio.

Entonces, al ver a esta mujer. Esta mujer que era solo una más de los miembros al servicio de la familia Rass, llorando en agradecimiento y alivio al verla viva, llegando al punto de ignorar sus recientes heridas físicas, lanzándose encima suyo para abrazarla con un entusiasmo poco característico de cualquier trabajador de una familia noble, quedo absolutamente impacta.

—M-me alegra... ¡M-me alegra que siga con vida Lady Jieun!

Algo dentro de ella se removió. Quizás, esa esperanza que estuvo oculta durante todos estos años por sus vidas acumuladas, finalmente encontraba la luz. Un sentimiento, extraño y maravilloso a la vez, permitiéndose, exhalar el aire acumulado en sus pulmones, la tensión en sus músculos disminuían y solo escuchaba a la desconocida sirvienta seguir llorando entre sus brazos. Un llanto tan honesto, sincero, verdaderamente alegre de saber que ella continuaba habitando este mundo y por simple casualidad, dígase la Reina de Scarinthus con sus planes secretos, se reencontraban, aunque, Jieun no recordara su nombre.

Entonces, cierto pensamiento paso por su mente: —"Con qué así es como se siente... el ser apreciada."

Sin títulos de por medio, ni profecías, ni belleza, ni riquezas ni conexiones. Simple y únicamente, por ser ella misma. Solo Jieun.

Unas pequeñas lágrimas defendieron por su mejilla.

—Está bien, todo está bien. Ya no necesitas llorar más. Lamento, que sufras por mi causa, pero yo-

—¡NO! —Respondió inmediatamente, alejándose de Jieun. —¡Usted no carga con ninguna responsabilidad, mi Lady! ¡Jamás me ha embargado el sentimiento de desprecio u odio hacia usted! ¡Siempre ha sido lo contrario!

—¿A qué te refieres? —Pregunto Jieun, con cierta duda.

—Usted nos dio a nosotros mucho más que solo esperanza o fe, mi lady. Nos proporcionó la oportunidad de elegir sobre nosotros mismos. Ver a consciencia que las vidas que hemos llevado con comodidad hasta ahora, eran solamente migajas otorgadas por las facciones de la nobleza en conjunto de la familia imperial. —Respiró profundamente, tratando de calmar los latidos de su corazón y que su lengua no se enredara al expresar sus propios pensamientos con respecto a los mínimos cambios políticos sufridos en el Imperio tras el conflicto de la aristocracia contra los plebeyos. —Éramos meras fichas usadas a su antojo, guiadas por la iglesia a su placer, cegados ante la belleza y la fuerza de las distinguidas familias nobles. Al saber de... su deceso junto a Sir Carsein, una venda fue retirada de nuestros ojos. ¿Continuábamos con nuestra rutinaria vida o elegíamos por primera vez el estilo de vida que anhelábamos? Cada grupo tomo su decisión en ese instante, mi lady y no le mentiré hubo terribles perdidas, actos crueles y mucho sufrimiento, aun así, lo asumimos sin arrepentimientos. —Parecía que relataba una terrible historia que prefería guardar en secreto, pero, la luz que brillaba en sus ojos a cada palabra dicha resplandecía con fuerza y determinación.

Sin amor - Ruta alterna CarseinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora