Capítulo 16. Unir la mitad de dos corazones rotos. (4)

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Liver resistió el saltar de su lugar y sujetar a Carsein. Luego de incapacitar a Zen y Chang Xue obligándolos dormir, volvió para comprobar que Jieun estuviera lidiando con la situación correctamente.

El poder del amor maternal la consumió al encontrar a ambos jóvenes en una posición comprometedora. Separándolos en el acto y no midiendo su fuerza al arrojar a Carsein de regreso a la cama.

Abrazó a Jieun confirmando su existencia y que todo siguiera en su lugar y al notar las manchas de los dedos impresos en el cuello, su lado protector resurgió.

Dañaría seriamente a Carsein.

Siendo detenida por Jieun, pidiéndole una segunda oportunidad de lidiar con Carsein, aceptó a regañadientes, el tiempo se le acababa.

—"¿Por qué tarda tanto en decírselo?"

Era como si ella estuviera disfrutando de una superioridad inexistente.

—Je, je, je. Fue divertido jugar contigo, Sir Carsein. Aunque nuestro tiempo juntos fue corto, realmente disfrute el burlarme de ti.

—"¡Jieun!"

—"¡Bruja loca!"

Gritaron en su mente, Liver y Carsein.

Jieun ignorante de lo ocurrido en sus mentes, siguió hablando.

—Tengo hermosos recuerdos al lado de Sir Carsein, son irremplazables y los atesorare por siempre. Muchas gracias por todo.

—...

Incluso si no había una respuesta casual como un: De nada, exhibido de parte de Carsein, Jieun no lo necesitaba, ella sabía que la mitad de su discurso quedaría relegado como una hipocresía o un mero acto. Sus mentiras se tejieron sutilmente hasta que no hubo otra cosa que una capa de falsedad cubriéndola enteramente.

Esta sería la última vez que ambos se verían. La última vez en que ella se daría a conocer como la fina y extraña dama traída por el Dios Vita. Y la última vez que su existencia quedaría plasmada en la memoria de una persona del Imperio de Castina.

Un extraño deja vú que esa persona fuera la misma que la encontró hace tanto tiempo en el reino de Lisa.

Posiblemente el destino los reunía para repetir el patrón con ligeras modificaciones.

Jieun inclinó levemente su cabeza en señal de gratitud, enderezándose con una sonrisa.

—Sir Carsein vuelva seguro y con bien a la Capital. Y por favor, dígales que la niña bendecida por Dios, Jieun Grasper murió satisfactoriamente.

Los ojos de Carsein se abrieron de par en par, incapaz de entender lo que esa demoniaca mujer le dijo, mostrándole una enorme sonrisa aliviada.

¿Ella iba a morir?

¿Después de esa demostración de pánico al querer escapar de los asesinos?, ¿De fingir preocupación por él? Y, ¿Proponerle escapar juntos?

Si la vida significaba tan poco para ella, que cambiaba de opinión dependiendo de las circunstancias, su decisión no tendría por qué molestarlo más que sus burlas cínicas.

—¡¿...?!

—Hasta nunca. Sir Carsein.

Jieun presionó las yemas de sus dedos en el suelo para tomar impulso y levantarse. Repentinamente su muñeca fue tomada por una mano más grande, percibiendo los surcos y callos del largo y extenuante trabajo con la espada.

Con el temblor de su cuerpo débil, Carsein arrastro las rodillas, apoyándose en estas, presionando su agarre alrededor de la muñeca, levantando la mirada y dejando a sus ojos asomarse por entre los largos cabellos de su flequillo, los sentimientos transmitidos, confundieron a Jieun, por lo irónico que le resultaba. Solo esa leve inconformidad, considerándola estúpida al tomarse la vida a la ligera.

Sin amor - Ruta alterna CarseinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora