Sin amor - Ruta alterna Carsein

Extra 14. La disputa por el caballero. (1)

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Las puertas se abrieron sin ningún anuncio. Los guardias apostados solo pudieron dirigir una silenciosa disculpa a su ocupante, regresando en un parpadeo a su posición y cerrando la puerta, dejando al invitado sorpresa en el interior.

Esa persona observaba con gran satisfacción cada rincón del lugar. Libros esparcidos, pizarras cubiertas de dibujos, palabras y símbolos sin aparente sentido, vasos de vidrio con líquidos de diversos colores y peculiares olores. Objetos totalmente extraños relucían cuales joyas brillantes y deslumbrantes sobre la mesa y el suelo. Su uso totalmente desconocido los volvía mucho más valioso. ¿Qué excitantes secretos estarían escondidos en cada uno?

Finalmente su curiosidad consiguió atraer la atención de la única persona ocupando un asiento detrás del escritorio. Dejó caer el cuaderno donde anotaba algunos detalles respecto a su actual estudio de las partes desarmadas de un aparato con una cuerda, engranajes y varios números. Parecido a un reloj, con la diferencia de no dar la hora, sino marcar los días en la semana hasta completar un mes y posteriormente un año.

-Saludos a su majestad real. -Dijo sin hacer la reverencia formal o dirigirle la mirada, estaba concentrada en sacar los siguientes pequeños componentes del extraño aparato que marcaba la fecha. Su invitada dejó salir una risa minúscula y divertida, jaló una silla libre del peso de los libros, cuadernos u objetos sin identificación para tomar asiento.-¿A qué se debe el honor de tan elocuente visita? -Preguntó, limpiando el polvo en uno de los mecanismos con un pequeño pincel delgado.

-También es un gusto verte. Maga líder principal. -Respondió, tomando un libro al azar y hojeándolo sin detenerse a leer las notas o mirar los diseños dibujados. -Parece que el avance en las investigaciones está progresando a una mayor velocidad de lo anticipado. -Dijo alegremente, cerrando de golpe el libro. -Sin embargo... ¿Por qué los reportes semanales se han retrasado?

Ella suspiró, dejando la plumilla en el centro de su libreta de anotaciones, bajo sus anteojos, dejándolos colgados alrededor de su cuello. Su mirada por fin se encontró con la de su invitada.

-Sí. Lo han hecho. -Deshizo su coleta despeinada, dejando la liga colgar entre sus dedos, alisando un par de cabellos con su mano y apoyando la mejilla sobre esta. El cansancio y ojeras delataban cuan demandante estaba siendo su trabajo y lo demacrada que se encontraba al cumplir en un tiempo record con sus obligaciones y otras tareas. Recibir felicitaciones, aplausos o reconocimiento seria innecesario, ya que, prácticamente había sido amenazada con tal de apoyar el ambicioso proyecto de su majestad en traer de regreso las raíces mágicas que una vez tuvieron.

Mientras ella le regalaba una alegre y chispeante sonrisa, la advertencia de ser traicionada rodeaba completamente su aura.

Esa mujer, parecía un auténtico demonio maldito. Muy gracioso y hasta algo absurdo, considerando que su actual estado debería provocar otro tipo de sentimientos en ella.

-Puedes dejar de estar a la defensiva conmigo. -Dijo ella, ladeando el rostro y entrecerrando sus ojos, divertida.

-¿A qué se refieres, su majestad? -Fingió ignorancia, jugueteando con una de las hojas de sus anteriores informes concluidos y sin enviar.-Únicamente me preocupa su salud. En su condición lo mejor es mantenerse alejada de este lugar. Hay muchas sustancias que pondrían en riesgo a su bebé. Y seguramente, el Rey este preocupado.

En cuanto pronuncio el título del marido de su majestad, la mueca llena de regocijo se perdió e incluso rodo los ojos fastidiada.

-Estoy manteniendo un cuidado perfecto. El embarazo no es excusa o impedimento en cumplir mis labores monárquicas. -Explico, inflando las mejillas y con los brazos cruzados. -Además, si continúo recostada en cama por las órdenes del médico o la exageración bobalicona de Patrick me convertiré en una vaga con mucho dinero y tiempo libre.