Sin amor - Ruta alterna Carsein

Extra 11. Reunión con el Emperador. (5)

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Anwar de Rass es el primogénito del Duque Kaysian de Rass y la Duquesa Frincia de Rass. Es un niño de bondadoso corazón, valiente y con un sentido de la justicia que podría relacionarlo a simples idealismos producto de la inocencia en su tierna edad. Sin embargo, eso no desestima que sus habilidades esgrimistas, administrativas, políticas y de negociación son ciertamente admirables, mucho mayores a las demostradas por su propio padre, rivalizando con el actual Duque de Verita y la Emperatriz de Castina durante su infancia. El único punto de los anteriores mencionados en que varios desacuerdan es respecto a su destreza con la esgrima. Supera con creces los estándares de su edad, todos predicen que si continua trabajando y puliendo su trabajo con la espada será un espléndido caballero y orgulloso Duque de Rass que mantendrá el nombre de su familia y el prestigio de su casa, sin embargo, ese <potencial> no es comparable al mostrado en un tiempo relativamente corto por el segundo hijo de la anterior generación, es decir, Sir Carsein de Rass.

Él era un genio en la batalla cuerpo a cuerpo, analista de sus contrincante, gran conocedor de las espadas y si la buena fortuna le hubiera sonreído, uno de los mejores estrategas y digno capitán de su propio pelotón. Desgraciadamente, hace diez años, su vida se perdió en el cumplimiento de su deber.

Ni un solo caballero ha conseguido alcanzar a ese hombre de grandes convicciones y corazón ardiente. Ni su propio hermano de sangre, el actual Duque, podría estar a su par, es una verdad innegable e intachable, y un doloroso recuerdo que ha perdurado en la familia Rass todos esos años.

Anwar no tiene recuerdo del hermano de su padre, él era tan solo un bebé cuando ocurrió la tragedia. Todo lo que sabe de Sir Carsein, es producto de las historias contados de boca en boca por los sirvientes, los caballeros que entrenan en los terrenos, las conversaciones entre los nobles durante los eventos sociales y las reducidas visitas que su madre ha hecho al palacio de la Emperatriz, ya que, el hermano de su padre era un íntimo amigo de la infancia de su majestad, la Luna Imperial. Muchos esperarían que el heredero del Duque de Rass conociera enteramente la historia de aquel que fue el más dotado de todos los caballeros al servicio del Imperio, contrario a la expectativa, hablar de Sir Carsein en los terrenos familiares era considerado un tabú. Los primeros años, luego de su muerte, la Duquesa Ernia de Rass padeció una terrible enfermedad que no poseía cura o diagnóstico, ni los más reconocidos médicos o las bendecidas raíces de Vita pudieron hacer algo por la Duquesa. En poco tiempo, el Duque Arkint de Rass cedió su puesto y comando del primer escuadrón de caballeros a su hijo mayor, con el fin de permanecer al lado de su esposa y cuidarla, aunque parecía un acto de amor verdadero enterneciendo a las masas de aristócratas, la intención real era una que se ocultaba amargamente en el corazón del Duque Arkint, el haber permitido que su segundo hijo muriese. Nunca podría recuperar el perdón de su esposa, tampoco se lo pedía, no lo merecía. Su hijo mayor, Kaysian trataba de consolarlo al repetirle que nada de eso fue su culpa, porque nunca se hubieran imaginado que una simple misión de escolta se transformaría en una de protección. Y pudiese que tuviera razón, pero, desde la perspectiva del Duque Arkint ¿Por qué tuvo que involucrar a su hijo con esa mujer? Si hubiese elegido un camino distinto a lo propuesto por el Duque Ruth de Verita... Quizás, solo quizás, su hijo estaría con ellos.

Tal trágica historia es una pesada carga para la casa de Rass, sumado a los rumores que han circulado respecto a su fidelidad a la familia Imperial. El Emperador, Ruveliss Kamaludin Shana Castina, causó la muerte innecesaria de un honorable hombre, debido al potencial peligro que significaba la estadía de cierta mujer en la balanza de poder social. Fueron tiempos caóticos. Hoy en día, esa asperezas se han limado poco a poco y si no se tiene cuidado, podría volver a desatar a una temible guerra civil entre los aristócratas y los plebeyos.