Extra 5. La familia que olvide. (3)

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Tras largos minutos de debate entre los guardias, se concedió el acceso a Carsein, quién volvió rápidamente al interior del coche. Seguidamente uno de los guardias se adelantó a la mansión con el fin de avisar al Duque de Rass sobre el especial invitado que recibiría ese día.

Mientras el coche se estaciono frente a la mansión, el guardia subía los últimos escalones, ingresando velozmente y perdiéndose de la vista.

—Es enorme. —Dijo Zen, deshaciendo el camuflaje de viento y descendiendo de un salto del techo del coche. Estiró sus brazos por encima de su cabeza e hizo algunos estiramientos extra, pasar largas horas en una sola posición con ropas estrechas, adormeció sus articulaciones.

Dio una mirada larga y tendida al terreno, distinguió a sirvientes que usaban la vestimenta con capas de tela y faldas largas; otros con pantalones ajustados y camisas pegadas; además de esos caballeros con uniformes brillantes. Nada distinto si los comparaba con los empleados en la mansión de Carsein y Jieun.

—"Pero... ¿Por qué tengo que usar esto yo también?" —Pensó molestó, jalando el saco negro sobre la camisa blanca con una corbata esponjada, los pantalones eran ajustados apenas dejando respirar a su piel y los zapatos totalmente cerrados por las agujetas. Terminaría rompiendo las mangas para facilitar sus movimientos.

Antes de conseguir rasgar las costuras de la manga, escucho la puerta del coche a su espalda abrirse, girándose sobre sus pies se encontró cara a cara con Carsein, inmediatamente ambos se fruncieron el ceño, rechinaron los dientes y fingieron no conocerse.

Zen dio un paso adelante, dejando suficiente espacio y permitiendo a Carsein descender del coche, volviendo a ordenar las arrugas de su indumentaria, tras un resoplido de fastidio por repetir el proceso, volvió su atención hacia el coche y extendió su mano siendo tomada por una más delgada, decorada por finos brazaletes de flores de cristal.

Lentamente el rostro de Jieun se vislumbró al salir del coche, cuido cada uno de sus pasos al pisar las escaleras y que sus tacones tocaran tierra firme. De pie a un lado de Carsein, ella suspiró aliviada, su hermoso vestido blanco había sido difícil de moldear para subir al coche al momento de partir.

Al palpar la tela blanca decorada en flores coloridas, Jieun alzó su rostro hacia Carsein, cuando sus ojos coincidieron, ambos se sonrieron automáticamente, quizás los nervios, quizás el recordatorio de la pantomima para cambiar de un transporte a otro o quizás... Una mueca para indicar que todo estaría bien.

Era tan absoluta la comprensión silenciosa entre los dos que el joven Zen prefirió evitar mirar por más tiempo la enternecedora escena. Su corazón, continuaba recuperándose de las grietas dejadas por su fallido primer amor.

El haber aceptado escoltarlos no fue una decisión sencilla, su Maestra y Chang Xue le sugirieron rechazarlo o dejar que fuera Chang Xue el que ocupara su lugar, sin embargo, prefirió negar dicha opción.

No fue por orgullo, madurez, aceptación o superación, estaba bastante seguro que su primer amor tardaría algunos años en menguar. Su razón para acompañarlos fue que la solicitud provino del hombre que juro nunca experimentar algún sentimiento por ella, ese mismo hombre que miraba con una devoción y adoración ciega a dicha mujer, le confesó sus temores arraigados al vivir los últimos años con la pesada carga de su falsa muerte y reencontrarse con su familia.

Zen pensó que Carsein era un idiota. Era capaz de ir a Castina por cuenta propia, arreglar sus asuntos familiares y volver antes de meterlos en una guerra absurda. Tristemente, la simple idea que también pululaba en la mente de Carsein fue negada por la misma Reina.

Sin amor - Ruta alterna CarseinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora