Extra 6. La familia que olvide. (4)

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El país de la magia.

Donde fluctúa libremente la energía capaz de rivalizar con los poderes sanadores otorgados a las raíces de Vita.

La tierra de los pecadores.

El Reino Scarinthus.

La fecha específica de su descubrimiento no está registrada en ningún libro de historia, a lo sumo, es el registro de avistamientos de criminales que volvieron de un largo y épico viaje al otro lado, lo que obtuvieron de ahí eran objetos nunca antes visto, un simple recuerdo de la época en que la magia existía como el aire.

Algunos estuvieron satisfechos con las ganancias para iniciar un nuevo estilo de vida o el suficiente para pagar botellas de alcohol casi infinitas.

Otros fueron más inteligentes, yendo directamente con nobles codiciosos que vieron el mejor negocio de todos.

Control del mercado de coleccionistas e investigadores a base de artículos de una generación perdida y que se tenían registros históricos vagos.

Las expediciones tomaron forma una tras otra, cantidades exponenciales de dinero se invirtieron contratando personal de todo tipo, mercenarios, asesinos, caballeros errantes, plebeyos muertos de hambre, eruditos e investigadores.

Sería simple.

Ir y venir.

Saquear unas cuantas tumbas, derribar estructuras deshechas y regresar con el botín.

Teniendo la seguridad implementada por algunos caballeros de confianza que fingirían ser mercenarios y deshacerse inmediatamente de quienes trataran de traicionarles.

Pobres e ingenuos nobles.

Menos de la mitad de los enviados volvieron, las partes de sus cuerpos estaban intactas pero no así sus mentes.

Ahí conocieron el nombre del país perdido de los magos, más allá de las montañas, oculto por los bosques al otro lado de las fronteras del país de Lua.

—Scarinthus.

Repitió Kaysian, frunciendo el ceño y masajeando el puente de su nariz.

Los rumores alrededor del país que un día apareció sin aviso era el tema número uno alrededor de la capital, sino, el continente enteró.

Criaturas míticas y extrañas.

Flores, frutos y arboles nunca antes conocidos.

La aventura llamaba a los intrépidos viajeros y buscadores de oro.

Solo una minúscula parte regresaba, no hablaban al respecto, escondiéndose del ojo público para siempre.

Y quienes se atrevieran a hablar, por valentía o estupidez, siempre proliferaban las misma oración.

—Demonios. ¡Son demonios sedientos de sangre!

Sintió un vacío en el estómago.

Hoy su día comenzó de la peor manera posible. El informe de miembros del primer escuadrón se había extraviado, tuvo que dejar su oficina para volver por los documentos de registro de los caballeros y al apenas llenar la lista una vez más, uno de los guardias en la entrada, allanó su oficina con un rostro pálido y tartamudo.

—U-un... e-es... ¡Un representante del Reino Scarinthus, vino a verlo, Duque de Rass!

Logro decir, tras recuperar su aliento y que sus rodillas le fallarán cayendo al suelo.

En milésimas de segundo su pluma cayo de su mano, levantándose de la silla en su escritorio, yendo hasta el caballero, levantándolo del suelo para confirmar si era correcto lo que acababa de escuchar. Tras un asentimiento nervioso, los ojos de Kaysian estuvieron a nada de salirse de las cuencas en sus ojos.

Sin amor - Ruta alterna CarseinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora