Extra 15. La disputa por el caballero. (2)

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A veces, cuando dejaba su mente divagar, ciertos pensamientos se manifestaban provocando que su atención se desenfocara, llegando al grado de realizar sus actividades diarias por mera inercia.

Tan ensimismada se encontraba, que solo consiguió volver en sí, cuando una de sus compañeras la empujo en la entrada de la cocina, tirando todas sus herramientas de limpieza para el sótano. Molesta ante esto, rápidamente se puso de pie, yendo directamente hacia ella para reclamarle y exigirle que levantara las cosas. Sin embargo, la oportunidad se le escapo, en cuanto ella empezó a hablar con una voz chillante y asustada.

—¡Los demonios-! ¡Los demonios han abandonada el cuarto de espera!

—¡¿Qué?! ¡Imposible!

—¡Nos van a comer a todos!

—¡Estamos acabados! ¡Acabados!

—No quiero morir joven. Ni siquiera me he comprometido aún...

—Tenemos que escapar de inmediato.

—Dios Vita nos encomendamos a tu protección, por favor no permitas que tus amados devotos, sufran.

—Voy a renunciar. Mi vida es muy valiosa para desperdiciarla aquí.

—La familia Rass está acabada.

En completo silencio observó a sus compañeras de trabajo y el personal de la cocina perder la cabeza, por algo absurdo. Suspiró, negando de un lado a otro. Se estaban portando estúpidamente. Creyeron en un montón de cuentos fantasiosos y los rumores esparcidos por bandidos y nobles ambiciosos.

Tampoco es que estuviera presumiendo de ser valiente, temeraria o saber la identidad detrás de aquellos seres provenientes del mágico y misterioso Reino de Scarinthus, simplemente, tras escuchar de todo lo que eran capaces, lo pensó meticulosamente. Si poseen un gran poder, es decir, magia, ¿Cuál es el punto en continuar deshaciéndose de todo extranjero que invade sus tierras?

Pocos han regresado y aunque vivos, no están lo bastante cuerdos para contar lo que existe en ese lugar. Y aquellos con suficiente control de sí mismos, prefieren callar y planear en secreto, su siguiente avance o esparcir la advertencia de abandonar cualquier intento por forzar su entrada.

En resumen, simplemente evitan participar en el conflicto, centrándose en ser un país cerrado. Si de verdad quisieran atacar o apoderarse del mundo, desde el preciso instante que fueron descubiertos o recibieron a los primeros exploradores, ya no estarían rezando a Vita por el milagro de ser salvados.

Al menos, ella no obsequiaría palabras vacías a un ente, que simplemente observa, juzgando y jugando a su gusto con la vida de seres mortales como ellos, sin impórtale lo mínimo de su futuro o evitar su sufrimiento.

Recordó su rostro amable con una sonrisa brillante, junto a la inocente promesa de ser amigas a su regreso. Ese fue el segundo más feliz de su vida, permitiéndose soñar despierta de toda una vida plagada de diversión, conversaciones amigables y horas del té. Donde una simple plebeya y una mujer de la nobleza convivirán en el mismo espacio, ni que decir de respirar el mismo aire.

Sí, fue un bonito sueño.

Que se derrumbó en cuanto las noticias llegaron a la casa de la familia Rass.

Apretó sus puños.

¿Por qué no hicieron correctamente su trabajo? ¿Por qué se confiaron? ¿Por qué le dieron solo un escolta y un pobre cochero?

Fueron preguntas que rondaron tras los primeros segundos. Lo pensó una y otra vez, hasta que sus ideas se tonaron oscuras, peligrosas y si llegaban a oídos ajenos, se le consideraría no únicamente una calumniadora, sino también una rebelde en contra del Imperio.

Sin amor - Ruta alterna CarseinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora