⊏Completa la primera parte (en edición)⊐
¿Acaso podría dejar ir a su dolor de cabeza? ¿Como dejar ir aquellos ojos color durazno?
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Para Dmitry sentir el tacto tembloroso de aquella coneja que intentaba ser fuerte, se volvía una obse...
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Welcome peachie
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Olivia
— La vida es hermosa, ¿cierto? —. Pregunte algo distraída, mirando los pétalos y pasando mi mano por ellos. Subía mi mano y la bajaba sintiendo aquella crema, últimamente estaba muy triste. Mire a Samanta y Luna que tallaban mi cuerpo con delicadeza.
Ambas chicas me miraron y con una risa asistieron, aunque no me gustara que mirarán mi cuerpo. Era petición de Dmitry este baño, no sabía que función tenía y tampoco me gustaba indagar mucho, aparte de que en mi interior sonreía al ser tratada de tal forma.
Antes de nuestra discusión le agradecía con una mirada las cosas que sabía ahora venían de él. Era difícil admitir que él intentaba ser alguien diferente por su propia cuenta e intentaba que los pensamientos de todos hacia él cambiaran.
— Reina, ¿el líder no la hace sentir hermosa? —tantos regalos recibía de parte suya, pero ninguno me daba ese sentimiento—. Vaya, nuestra Reina es de gran corazón. Aquellas cosas sin duda hubieran encantado a cualquiera, pero nuestra Reina no es como ellas —.
— No compares a Reina con otras. Ella no se fija en el dinero y poder de nuestro líder —tenían gran razón, solo que últimamente me mantenía con un pensamiento confuso—. ¿Bajará a comer?—.
Asentí un poco desinteresada, no tenía mucho apetito y mi omega seguía chillando de tristeza en un rincón.
— El líder de seguro estará feliz, desde la última vez de su descontento ha estado de mal humor—.
— ¿Cómo?—. Pregunte confundida mientras ellas me ayudaban a pararme.
Me miraron con una sonrisa, salí de la tina y ellas cubrieron mi cuerpo con toallas, me acostaron sobre un mueble poniendo mi cabello en agua. Comenzaron a mojar mi cabello y aquel masaje de cuero cabelludo era tan relajante que casi me olvido de ellas mientras cerraba mis ojos.
— Desde su discusión él se ha comportado como siempre. Nos dijeron unos guardias que ayer acabo con la vida de algunos renegados que se encontraban cerca del territorio—. Hablo Samanta.
Abrí un poco mis ojos, sus rostros de terror y angustia eran notables. Y reí un poco, lo que se rumorea de aquella discusión son demasiadas cosas, pero ninguna apunta a la verdad. Todos intentan hacerme feliz para que así Dmitry este contento, porque desde que comenzamos a acostarnos su humor había cambiado.
Pero aquel día fue algo desastroso.
Yo hablé con Dmitry sobre su estado, quería saber un poco de él. Kurk me había comunicado con el psicólogo al que Dmitry acudía, pero aquello le irritó al felino. No pensé que se enojaría con eso, solo quería indagar un poco y termine enterándome sobre todo lo que él ocultaba. Su historia era triste, pero había aún algo oculto.
