Capítulo cuarenta y cuatro - Festejo; Día quince

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Welcome peachie

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Olivia

Mire el vestido rosa que traía, era un rosa opaco con mucho tul, la abuela Piralt lo había elegido para mí, tenía que ser un vestido que concordara con la decoración de todo el lugar. Solo miraba a Dmitry quien fue el único qué logro tranquilizarme.

Sería el primer día en que seré presentada como Reina ante todos en el festejo de Luna. No le había puesto importancia, pero estaba nerviosa. Creo Dmitry se daba cuenta al sentir como apretaba su mano con fuerza cuando entramos al lugar, pero aún seguía igual.

— ¿Conejita, donde estás? —. Abrió la puerta mirándome estaba teniendo pánico, no entendía bien el porqué le ponía atención a esto.

Después de todo ahora tengo este problema en donde tiemblo por sentir que nadie me aceptara. Creo la abuela Piralt me dejó un mal sabor de boca con todas sus pruebas y palabras. Ahora tengo miedo de que otros opinen lo mismo, me quiero esconder para no volver a sentir lo mismo que hace años.

— ¿Y si me quedo en la cama?, no me siento bien —me resguardo en sus brazos—. Gato mugroso, cuida a esta coneja tan débil —.

No mentía aparte de todo este pánico, nervios y miedo. Me sentía extraña, débil en algún punto y no podía evitar pensar en mi celo, había tomado algunas pastillas, pero no creo que se calme mi omega.

— Tienes razón, tu temperatura está demasiado elevada. Creo es mejor hablar con mi abuela para que cheque si estás bien —. Me saco del baño ayudándome a caminar.

Me dejó sentada en la cama, pensé en sus palabras y toque mi cuerpo. Dmitry tenía razón, mi temperatura estaba elevada, mi respiración era agitada más al sentir su aroma amargo y dulce.

Exquisito

— Alfa —. Murmure perdiendo un poco mi control. No había tomado nada en esta ocasión como para portarme de esta forma, aun recuerdo lo vergonzoso que fue emborracharme con las demás omegas de los primos Piralt.

Creo que cada una pasamos una vergüenza única, a excepción de Maisie que se mantuvo tomando solo agua y riendo un poco por los comentarios que hacíamos, es más tímida.

— Abuela solo examina que no tenga alguna enfermedad grave —alce mi mirada algo aturdida por su aroma—. Ya la viste —.

Tome la muñeca de Dmitry y apoye mi rostro contra su brazo, olfatee encantada su aroma único. Chocolate amargo y ciruelas. Su aroma me hacía temblar y hasta sentir un agudo dolor en mi parte baja.

— Duele —.

Mi Omega chilló algo insoportable por aquel dolor. Uno que quería que Dmitry llenará... ¿Hace cuanto no lo hacíamos? Estaré fuera de forma y puede que mi cuerpo cobre factura después de mi celo. Pero es un riesgo que tomaré por sentir de nuevo su nudo, uno que calma perfectamente a mi omega y que me satisface bien.

Dmitry (Bylsorm I) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora