⊏Completa la primera parte (en edición)⊐
¿Acaso podría dejar ir a su dolor de cabeza? ¿Como dejar ir aquellos ojos color durazno?
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Para Dmitry sentir el tacto tembloroso de aquella coneja que intentaba ser fuerte, se volvía una obse...
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Welcome peachie
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Olivia
Comí con paciencia, siempre he crecido como coneja y he sido criada como una. Aunque hay amor en mi familia, nuestra especie logra ser independiente. Siempre viví con una dieta en la que seguía las tradiciones de mi pasado, es algo prohibido comer carne, eso solo se acepta para las especies carnívoras.
Y no sé si es bueno comer un guiso con lo que Dmitry caza, mi omega se siente consentida por su Alfa que le provee la comida.
Podía sonreír como tonta al sentirme importante por saber que Dmitry se preocupa de mí, esas fueron sus palabras cuando me consoló, pensé que él no haría eso, pero se quedó conmigo hasta que me calme y dormí.
Nunca pensé que alguien se comportaría así conmigo, antes podía llorar y nunca tenía a nadie quien me diera seguridad. Con Dmitry la tengo y me siento tranquila al dormir, era evidente cuando deje de tomar mis pastillas para dormir, porque eso siempre me impedía conseguir dormir.
Soñaba con el monstruo que siempre perturba mis momentos más tranquilos.
Estaba sola... al despertar no había rastro de que Dmitry estuviera en la mansión, después Samanta y Luna me informaron de su descanso que duraba cinco días. Creo hoy regresan, por lo que no me sentiré tan sola a partir de ahora.
Kurk me había estado acompañando, pero le dije que era mejor que pasara tiempo descansado y cuidado de su pareja, que está embarazada.
— ¡Reina! —. Mire hacia el umbral de la entrada del comedor, cuando iba a pararme aparecieron Samanta y Luna, quienes parecían haber corrido.
— Discúlpenos, Reina —. Mencionaron ambas al ver que estaba comiendo.
Me asombraba en ocasiones como algunas tradiciones de Watspur se parecían a las de Bylsorm, e igual solo las familias con poder eran tratadas como antiguamente se trataba. Termine de comer y ahora si se dispusieron a hablar.
— Discúlpenos, ¿quiere que le sirvamos más? —. Hablo Samanta.
— Estoy bien ¿Qué sucedió? —.
Luna tomó mi plato y se fue, si les digo que me acabe todo el guiso preparado me mirarían con asombro. La última vez Dmitry me daba la comida con una sonrisa, de alguna forma ver que a él le gustaba que comiera era algo que ni mi familia mostraba. Ya que se tenía que comer solo un plato y si pedías más era mal visto.
— Bueno... —empezó a hablar Samanta, parecía enojada y sonreí —. Se puede decir que por todo el país se dice que está embarazada, ¿no tomo la pastilla? —.
Escuchar ese tono de enojo sutil que ella siempre expresa me hace reír, más por los rumores que siempre hay por Bylsorm. No creía que las personas ahora dijeran que estaba embarazada, antes lo mencionaron, pero se negaron a creer cuando notaron que no iba al ginecólogo.
