Capítulo veinte - Felino controlado

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Welcome peachie

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Olivia

Mi ropa desapareció en segundos mientras no dejaba de mirarlo, unos dientes filosos parecían salir de su boca mientras sonreía con malicia, eso era nuevo. Nunca antes lo vi sonreír con aquellos dientes afilados, parecía que su bestia estaba a solo cuestión de tiempo para salir, era algo que me hizo tener miedo.

— ¿Para qué harás esto? —murmure temblando de miedo—. No entiendo.

Entre los pasillos se habían escuchado murmullos sobre lo agil que Dmitry era y que eso lo usaba para causar miedo a los enemigos que tenía, también se decía que en una ocasión se comió a alguien siendo un caníbal como su especie lo demanda.

¿Y si eso era reciente? Últimamente, me había estado dando de comer a grandes bocados diciendo que estaba muy delgada y débil, que eso no era bueno, ¿No me estará preparando para comerme? ¿Verdad?

— No estaré por una semana con mi juguete y este será libre por esa semana— lamió mi cuello estremeciéndome—. Al menos quiero asegurarme de algo.

— ¿De qué? —. Sus rasgos habían cambiado un poco, aquellos ojos parecían a los de un felino, volviendo su belleza más extravagante.

Las manos de Dmitry agarraron mi muñeca, suspire calmada mientras baje mi mirada observando su entrepierna, mis nervios regresaron a mí, quería al menos saber que lo que estaba haciendo no era para dejarme una semana dentro de este lugar usando su doble moral. Ya que si no me falla, él podría dejarme sin caminar y cojeando de una pata mientras se va para así asegurarse de que no me iré lejos.

Su posesividad había incrementado en los últimos días, volviéndose más apegado a mí y gruñendo cada que un sirviente se me acercaba, a veces hasta Kurk salía perjudicado por mí.

Una de sus manos subió a mi cuello regresándome mi mirada a él, el tacto que logre sentir me hizo temblar y no de miedo como lo estaba haciendo antes por sus colmillos de felino, sus ojos intentaban hechizarme. Pero mi ilusión color rosa se había rompido hace mucho tiempo, así que era imposible caer en aquella mirada.

— Veremos si puedes aguantar, será rápido porque tengo que irme. Conejita —. Apretó un poco mi mejilla.

Asentí preparándome, me acomodo de una forma en la que solo mis manos se sostenían de la pared mientras estaba inclinada hacia esta, uno de sus dedos entró en mi interior, siendo algo que me sorprendió en el instante. Mi omega extrañaba ser tomada por Dmitry y recibir tanta atención como fuera posible. 

Era difícil acostumbrarme a que él fuera la persona que estaba dominándome en la cama, su manera de ser brusca y hambrienta, siempre me causaba algo de risa. Las últimas semanas que no habíamos tenido nada de contacto de alguna manera me había aclarado mis pensamientos para no caer en algo que no quería.

Dmitry (Bylsorm I) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora