Capítulo cuarenta y cinco - Festejo; Día cuarenta

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Welcome peachie

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Omnisciente

Tapó los ojos de la enorme bestia en frente de ella, estaba haciendo caso a lo que la abuela piralt decía. Esos tres días de celo fueron un dolor para su naturaleza Omega, se dio cuenta de que no fue tocada y tampoco recibió ayuda.

La mantuvo atada contra la cama por segunda vez en esos días de festejo, controlando aquella naturaleza oscura que le exigía un alfa para llenar su interior con una fuerte semilla.

— ¿Olivia? —la nombrada bajo sus labios por el cuello del Jaguar, dejando leves besos en este mientras él sostenía sus manos—. ¿Todo está bien? —.

— ¿Quieres un masaje que... termine con final feliz? —. Sonrió nerviosa por no saber si sería aceptada.

Se sentía ignorada por el hecho de que en todo el día su Alfa no se acercó a ella para checar si estaba bien. Desolada en una esquina por su Omega que lloraba a mares, por no contar con la atención del Jaguar.

Dmitry la tomó en sus brazos sentándola en su regazo y mirando por fin el bello conjunto que traía Olivia para esa noche, él admitía con su mirada que aquel color rosa era hecho para ella.

Brillaba ante sus ojos.

— ¿Estás segura? —. Pregunto.

Negó un poco cansada, Dmitry suspiro. Él había escuchado lo que su abuela mando a pedir a Hadib para que solo Olivia escuchará.

— Quiero dormir contigo, me gusta dormir en tus brazos. Son muy calientes y acogedores —. Le hizo algo de caso a la abuela Piralt.

Una que le dijo que para ser feliz en pareja no debería de guardarse las cosas, aparte de ser como eres y no esconder nada por miedo a distintas cosas. Algo que la mantenía asustada, no quería aceptar que de nuevo temía a su corazón, que una vez se enamoró sin razón y termino siendo su peor experiencia.

— ¿Olivia, te sientes bien? ¿O es tu Omega hablando? —. La coneja bajo su rostro, por eso nunca actuaba de esa forma.

Su verdadera forma de ser es demasiado extraña y diferente para otros. Nadie la comprende y nadie hace el intento de comprenderla, aunque puede haber excepciones, pero es algo que no quiere correr peligro.

— Solo quiero dormir. Ayer me recuperé de mi celo y tú no viniste. ¿Estabas ocupado? —Dmitry asintió para no decir que la estaba evitando—. Entonces será mejor dormir, así ambos descansamos —.

Se puso de pie y comenzó a quitar las mantas y algunas almohadas para por fin dormir después del día tan desanimado que tuvo.

— Olivia... —se detuvo y lo miro—. Tengo cosas que hacer y no podré dormir hoy contigo —.

Dmitry (Bylsorm I) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora