⊏Completa la primera parte (en edición)⊐
¿Acaso podría dejar ir a su dolor de cabeza? ¿Como dejar ir aquellos ojos color durazno?
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Para Dmitry sentir el tacto tembloroso de aquella coneja que intentaba ser fuerte, se volvía una obse...
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Welcome peachie
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2 meses después...
Su familia era demasiado conservadora, ella nunca había usado tal cosa, por lo que se sentía incómoda, más por el hecho de que gente la veía con morbo mientras ella iba de un lado a otro siguiendo al monstruo que la había atrapado en sus garras felinas. Estaba segura de que hubo momentos en los que utilizo dichas prendas, pero era algo entre intimidad, aquí simplemente parecía una tortura incómoda.
Todo por un castigo que ella no entendía, solo sabía que llevaba meses usando este tipo de cosas. Y comenzaron a llamarla víctima dentro de aquella casa principal en donde ya no la respetaban.
— Sería todo por hoy, hermosa.
La cara de asco de Olivia no paso desapercibida por Dmitry, pero a él fue algo que le gusto. Estaba conteniéndose a no castigar a la coneja con fuerza, simplemente era un juego lo que hacía con ella, por lo que no se excedía a lo que hacía.
— ¿Seguro? —. Pregunto confundida, días eran en los que nunca escucho esas palabras. En únicamente esos días se dio cuenta de que aquel felino no dormía para nada y trasnochaba demasiado que ella no podía aguantar.
Dmitry asintió sin más vueltas al asunto, una escurridiza sonrisa se asomó entre los labios de la coneja que se dio la vuelta caminando hacia su habitación, una que ha sido su lugar seguro por esos meses que ha estado en ese lugar.
Cuando entro a la habitación le puso seguro y se desvistió antes de cualquier cosa, quería tomar un baño caliente antes de dormir. Aprovecharía lo que fuera su poco descanso de aquella bestia, suspiro mientras se ponía una camisa, siendo lo único que puede usar al dormir por la petición de aquel alfa.
Miro el techo extrañando aquella casa en la cual llevaba unas pocas semanas viviendo, su ropa cómoda y sus pertenencias, el únicamente dormir con una braga y cubierta con una camisa, aún no cuadraba con ella. Estaba más acostumbrada a sus pijamas que cubrían la mayor parte de su cuerpo.
Pero Dmitry no le permitía ir por sus cosas o al menos saber que fue de sus cosas. Toda la ropa era departe del felino, a como creería era mejor que ella vistiera, recordó aquel ramo de rosas que una vez ese jaguar le dio. Eso fue el final de su tranquilidad y el comienzo de su tortura.
Cerro sus ojos pensando en poder dormir por una vez después de todo ese incómodo castigo que ha recibido. No constaron cinco segundos cuando los ruidos de una tormenta llegaron a sus sensibles oídos, los recuerdos que le recuerdan las tormentas llegaron a su mente y limpiando la única lágrima que salió de sus ojos, alzo su cuerpo de entre las sabanas.
Ansiosa e impaciente abrió la puerta, Dmitry apareció ahí cuando un relámpago alumbro todo el lugar, Olivia tapo sus oídos sin lograr soportar el dolor que le causaba aquel ruido. Y aún más las grandes preguntas que hacían que su cabeza doliera.
