Welcome to bylsorm's
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La mañana para Olivia fue algo que la canso en el primer instante que puso un pie fuera de la cama, otro día más para ella llevando el desayuno de Dmitry a la alcoba del emperador. Apenas logro peinar su cabello cuando el reloj comenzó a sonar informando que debía de ir por la bandeja del desayuno de Dmitry.
Con poca energía camino fuera de su cuarto encontrando que la señora de siempre ya tenía la bandeja del desayuno ahí afuera de su habitación. Junto a un pequeño carrito que contenía otra bandeja, la suya, bostezo comenzando su camino. La habían movido de habitación a una más cercana al ático, donde el soberano tenía su alcoba y era algo que Olivia no apreciaba mucho.
Cuando llego frente a las puertas de la alcoba del soberano, toco la puerta, tallo sus ojos antes de que esta puerta fuera abierta por un jaguar en bata. ¿Podía usar otro truco para llevarla a la cama? Ella negó con lentitud mientras caminaba dentro de la habitación.
— Hubiera preferido que trajeras tu atuendo contigo, ¿acaso quieres dormir conmigo hoy? —.
— Majestad, solo traje su desayuno. Deje de pensar otra cosa —.
— Desayunarás conmigo, así que espero un poco más de cordialidad —.
— No espere mucho, Majestad —. Murmuro dejando las bandejas sobre el escritorio que Dmitry tenía dentro de su alcoba.
En estas últimas semanas Olivia había notado que ese hombre trabajaba mucho entre las sombras del imperio. Pensó que las cosas que se hablaban de él serían ciertas, pero hasta ahora no ha excedido los límites que la coneja le pone. Algo que agradece infinitamente Olivia, porque su mente siempre se llena de cosas amargas cuando recuerda su pasado.
La coneja se sentó en la silla que siempre estaba ahí para ella, no era sorpresa para ella tomar su desayuno al lado de él. Aunque la verdad sobre eso, solo el jaguar la sabía. Siendo que Olivia había estado siendo acosada por alguno que otro habitante dentro de la casa capital, estaba enfadado y por eso también había puesto la alcoba de Olivia a solo metros de la de él por la misma razón.
— Me dirás cuál razón enfermiza debo de cumplir para seguir usando ese atuendo, ¿sí?, ¿no? —.
Inquirió curiosa y un poco harta de que siempre tenga que usar ese atuendo cuando tiene que ser la sirvienta de Dmitry.
— Ninguna, y no, no puedes dejar de usarlo —.
— Por la diosa, no tengo apetito hoy —.
— ¿Te ordeno comer? —.
— Majestad... —. Quiso discutir, pero Dmitry no se lo permitió.
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Dmitry (Bylsorm I)
Fantasy⊏Completa la primera parte (en edición)⊐ ¿Acaso podría dejar ir a su dolor de cabeza? ¿Como dejar ir aquellos ojos color durazno? ▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂ Para Dmitry sentir el tacto tembloroso de aquella coneja que intentaba ser fuerte, se volvía una obse...