Capítulo veintitrés - Todo en contra de Dmitry

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Welcome peachie

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Dmitry

— Tengo que irme, conejita, hay problemas en los territorios —.

De forma quisquillosa me atrapó en sus brazos como hace poco lo había hecho, sollozaba siendo algo que no soportaba. Me estresaba tal cosa y nunca había tenido que soportar berrinches o estos problemas con omegas. Olivia y su nueva etapa de omega me está acabando, estaba sensible ante esa marca y me sentía culpable.

— Amo —. Gruño con recelo aferrándose más a mí, parecía que Olivia odiara a Kurk en este momento.

— Espera afuera —Kurk asintió dejándonos y la miré, ella se sentó sobre mi regazo poniéndonos en una situación difícil, podía tomarla, dejarle en claro quien manda y que cosas se deben de hacer, pero no podía—. Conejita, si no voy a atemorizar a esos renegados habrá peligro. No quieres eso, ¿verdad? —tomé sus brazos mientras ella negaba—. Entonces tengo que irme —. 

Pero eso no parecía convencerla, respiraba con paciencia para no provocar nada. Olivia aún seguía pensando que había otra y para mí era eso lo que temía. Parecía tener más fuerza cuando se trataba de esto, su nariz se movía con miedo mientras olfateaba mi aroma siendo algo lindo al ver.

— No quiero, no quiero —.

Irritado por todo la miré, sus ojos hermosos se posaban en mí, llenos de desesperación, manipulando a mi bestia. Esos ojos brillantes como los de un cachorro jugaban conmigo para persuadirme, no quería que aquellos individuos pasarán mi seguridad y quisieran hacerle algo.

Anteriormente, en aquel día donde me encontré con ella entre una tormenta, estaba defendiendo mis territorios y mi poder. Creían ser mejores que yo, pero eso fue inútil. Temía que fuera la misma persona, temía por Olivia que al estar así todo le afectaría.

Tantas cosas obstruían mi mente, si ella no estuviera aquí no me importaría lo que ocurriera. Nunca me importaba porque no había nadie a quien yo le importara. Ahora que ambos estábamos metidos en un lío tan grande, todo era complicado.

— Conejita... —. Se apartó de mí.

Quise tomarla en mis brazos para explicarle con calma y que no estuviera enojada, pero se negó. Fui detrás de ella y cuando abrió la puerta del baño giro un poco su rostro mirándome. Su mirada era de enojo y estaba dolida.

Mierda.

Cerro la puerta en mi rostro sin decir nada, lleno de enojo, salí de la habitación advirtiendo a todos que se mantuvieran alejados. Olivia tenía tantas emociones y me confundía, el doctor y Kurk mencionaron que son cosas de la marca.

Ella estaría más apegada a mí, hasta el punto de estar posesiva si alguien quería acercarse a mí. Triste, tierna, feliz, enojada y otras cosas más. ¿Cuándo me metí en tanta mierda?

Dmitry (Bylsorm I) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora