Prólogo.

170 9 0
                                    

Huir.

Cuando tu plan va dirigido hacía el fracaso esa es la opción segura.

Sentía como los músculos de mis piernas ardían mientras continuabamos corriendo, mejor dicho escapando.

A simple vista cualquiera pensaría que nada malo podía suceder en Tonnevill, no por nada encabezaba la lista de "Lugares con menos delincuencia " y "Lugares pacíficos para vivir".

Era tan hermoso que solo eso necesitabas para acercarte un poco.

Incluso podría considerarlo perfecto.

La apariencia de perfección siempre será una tentación, ésta misma junto con un sentido curioso es lo que te llevará a investigar sin descanso y te generará deseos de conocer.

No lo hagas.

Ese siempre será el mayor error.

Nuestro mayor error.

Los habitantes de Tonnevill eran especiales, al igual que su pueblo.

Unos más que otros claro está, pero más allá de sus raros habitantes se encontraba sus inquietantes secretos, sus malévolos fallos y no deben ser revelados. Nunca.

Tarde nos dimos cuenta de eso, por eso nos encontrábamos en esta situación.

La camioneta detrás de nosotros encendió sus luces en una clara advertencia diciendo "Hoy no hay salida" no podía negar que sentí el deseo de querer dejar de intentarlo, pero no podía.

Debía seguir por los siete chicos a mi lado.

Después de todo ese fue el trato, no rendirnos hasta que acabarán con nosotros.

Y se sentía tan cerca, sentía la muerte a mi lado. Era el fin, lo sabía, después de un invierno fatal.

Nos involucramos en cosas que no debíamos, jugamos a ciegas con el peligro, desafiando a quien nunca se debe hacerlo después de todo aquello, ahí terminaba.

Era el fin de los siete.

Tonnevill: El legado de los 7. (Condenados 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora