Capítulo 5

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~ Jimin

Había comenzado a contar los días desde que esa chica misteriosa había aparecido en el local donde trabajaba. Había transcurrido casi una semana desde ese momento, pero ella continuó yendo cada tarde sin excepción al lugar. Solía sentarse en la misma mesa si estaba libre, y pedir el mismo batido que le había recomendado la primera vez.

Siempre solía hacer lo mismo: se sentaba, esperaba su batido, sacaba una libreta y comenzaba a anotar o, tal vez, a dibujar algo. Más de una vez la había pillado mirándome, pero al cabo del tiempo decidí pensar que solamente se trataba de una casualidad y dejé de montar castillos en el aire, porque aquella chica todavía era anónima para mí y ni siquiera me había dado señal alguna de querer hablar de algo más conmigo. Yo estaba tan ocupado cubriendo el turno de mi compañero que, para cuando quería darme cuenta, ella ya se había ido.

A pesar de todo, por algún motivo, seguía buscándola por la facultad, incluso en la zona de natación del polideportivo. Mentiría si dijera que no estaba a punto de rendirme en el intento, puesto que solamente la había visto por la facultad una única vez, hablando con Suni. Si siempre la veía en la cafetería, ¿cuándo se suponía que podría sacar conversación? O lo que era más importante todavía: ¿qué se suponía que iba a decirle?

Sorprendentemente, desde que esa chica había llegado a la universidad, todas las mañanas me levantaba con más energía y más ganas de ir. Ese día llegué temprano, como empezaba a ser costumbre en la última semana, porque intentaba aumentar el número de horas que permanecía en la universidad para incrementar la posibilidad de encontrarme con ella. Estaba claro que no se trataba de amor, porque no la conocía de nada, pero esa chica llamaba poderosamente mi atención por algún motivo desconocido, y era eso lo que quería averiguar.

Cuando llegué a la facultad y me adentré en el edificio, me topé con un montón de gente reunida frente a un corcho informativo. Fruncí el ceño y comencé a andar hacia el cartel con suma curiosidad, pero un brazo que se apoyó sobre mis hombros me hizo frenar en el intento. Giré mi cabeza hacia la derecha comprobando que quien se estaba apoyando en mí era Namjoon.

- ¿Qué pasa? -dijo a modo de saludo.

- ¿Qué es toda esta gente? -curioseé yo.

- Ah, ya sabes. Lo de todos los años -informó él, acercándose conmigo al cartel-. Ya han convocado las competiciones deportivas de la universidad para saber quién representará a Seúl en cada deporte -informó él-. Después de eso, toca la competición nacional. Tu departamento siempre participa en los viajes de las competiciones ¿no?

- Toda la universidad suele viajar a ver las competiciones -confirmé yo-. Además, lo suelen hacer como viaje de fin de curso, pero el departamento de periodismo viaja y, de paso, trabaja. Oye, este año también participa el equipo de natación ¿no? -pregunté, sintiendo que una bombilla se encendía en mi cerebro.

- Pues como siempre -respondió Namjoon, desinteresado.

- ¿Irás?

- Por supuesto -aseveró-, ¿y tú?

- Tendré que pagármelo -me encogí de hombros-. Iré si puedo permitírmelo.

Namjoon y yo nos alejamos del lugar dando por zanjada la conversación y nos dirigimos hacia la clase. Por una vez en todo este tiempo, cambiaría mi hábito y no pasaría por el polideportivo. De hecho, ya lo consideraba una pérdida de tiempo y, habiéndome encontrado con Namjoon, no me apetecería explicarle cuál era el motivo que me llevaba hasta aquel lugar. Preguntarle a Seunghee por la chica desconocida tampoco era una opción, nos odiábamos demasiado como para tener que hablar el uno con el otro siquiera por mera cortesía.

[PJM] Si tú no fueras túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora