~ Jimin
Había sobrevivido al primer día sin que nadie me descubriera. Teniendo en cuenta cómo estaba el ambiente desde la última vez que habíamos hablado, en lo que respectaba a mi relación con ella, me conformaba con verla feliz desde lejos, como un mero espectador que solamente actuaría si alguien estaba dispuesto a entorpecer esa felicidad. Me alegraba verla siendo el centro de atención, viendo cómo se integraba, aunque le costara.
El día anterior a la competición imaginaba que Nova no habría estado haciendo otra cosa que no fuera emplearse a fondo o, al menos, hacerle una breve visita a la piscina del polideportivo más cercano, donde habían cedido las instalaciones para que sirviera de práctica para los competidores. Ese día había decidido dejar de seguirla y respetar su libertad, independientemente de lo que Jungkook me había dicho el primer día. Sin embargo, al pasar frente al polideportivo tras haber quedado con unos compañeros, fui capaz de escuchar el chapoteo del agua y un extraño sentimiento de añoranza se apoderó de mí.
Traté de dilucidar a qué se debía ese sentimiento: si echaba de menos a Nova, si me apenaba estar así con la hermana de mi mejor amigo o si, simplemente, lamentaba que las cosas se hubieran terciado de esa manera para nuestra mayor incomodidad. Al final, aunque todo apuntaba a que lo acertado era pensar que la echaba de menos, mi mecanismo de defensa evadió el hecho de tener que responder a esa pregunta y, de forma impulsiva, me adentré al polideportivo posicionándome donde Nova no pudiera verme. La vi enfundada en su traje de baño, haciendo unos últimos entrenamientos lo suficientemente suaves como para no lesionarse, pero lo suficientemente fuertes como para no perder el ritmo que la caracterizaba. No pude evitar esbozar una sonrisa.
Permanecí allí, silencioso, por un espacio de alrededor de cinco minutos, que fueron suficientes para deleitarme con el espectáculo. Cuando mis pensamientos andaban por el camino equivocado decidí que ya era suficiente, y me dirigí de nuevo a la calle. Mi intención era continuar mi camino hacia el hotel, esa idea permanecía inmutable en mi cabeza, pero toparme con Taeyang a apenas dos metros de la entrada del polideportivo rompió todos mis planes. Su mirada confusa se encontró con la mía, y yo ya estaba resoplando sin que hubiera terminado de aproximarse a mí.
- ¿Qué haces aquí? -inquirió él, casi en tono acusatorio.
- Anda, hola, Taeyang -saludé despreocupadamente-. Pues, verás. Todos los años hay una competición deportiva entre universidades y el departamento de periodismo...
- No me trates como si fuera idiota -interrumpió, captando mi tono burlón-. Digo que qué hacías en el polideportivo.
- No estaba en el polideportivo -mentí-. Pasaba por delante. ¿Por qué? ¿Hay algo dentro del polideportivo que quieras disfrutar tú solo? -hice una pausa esbozando un forzado gesto pensativo, como si tratara de adivinar algo-. No me lo digas, ¿es Nova?
- Maldito idiota -masculló él, a punto de agarrar el cuello de mi camiseta.
- ¿Sucede algo? -preguntó la voz de Nova a nuestras espaldas, lo cual nos hizo palidecer a ambos.
- ¿Ya has terminado, Nova? He tardado más en volver de lo que pensaba -anunció Taeyang, soltando el cuello de mi camiseta rápidamente.
- No es nada -respondió ella-. Pero todavía no sé si sucede algo.
- No, no. Tranquila -dijo Taeyang, para después pasar al polideportivo no sin antes propinar un golpe a mi hombro con el suyo-. Vamos adentro, hablaremos cinco minutos de la competición de mañana.
Yo permanecí de espaldas a Nova, sin ser capaz de mirarla a la cara por algún motivo que desconocía. Algo me había paralizado completamente, así que solo fui capaz de morder mi labio, agachar la mirada y reemprender el paso hacia el hotel, volviendo a la primera intención que había tenido de todas. Nova no había respondido a Taeyang, pero a juzgar por las pisadas de ambos, había accedido a acompañarlo al interior del recinto para conversar.
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[PJM] Si tú no fueras tú
RomantikNova, si tú no hubieras sido tú, nunca habría sentido el dolor más profundo que uno puede sentir en sus entrañas. Si tú no hubieras sido tú, nada de esto habría pasado, y tal vez nuestros corazones -o al menos el tuyo- seguirían de una pieza, tenien...