~ Nova
Después de haber admirado todos y cada uno de sus rasgos mientras él no se daba cuenta, como la mejor acosadora de este mundo, cada uno se protegió el resto del cuerpo y emprendimos el camino hacia el mar, tabla bajo el brazo.
- No es tan sencillo como parece -advertí, tendiendo la tabla sobre el agua-. Te recomiendo que empieces sentándote en ella. Lo ideal sería que te acostaras, pero solo tengo una tabla y los dos no cabemos.
- No puede ser tan complicado -insistió él.
Jimin, en su ingenuidad, trató de mantenerse en pie sobre la tabla, pero el resultado fue nefasto. Su desequilibrio le provocó una caída directamente sobre la arena, y también una carcajada por mi parte, pero él no se quedaba atrás y acabó riéndose de sí mismo. Tomé la iniciativa y me senté sobre la tabla para después tenderle la mano a Jimin, que optó por hacerme caso y sentarse sobre la tabla como pudo. Esbocé una sonrisa de aprobación y cambié mi posición, dándole la espalda y comenzando a remar con las manos hacia el interior de un mar más bien calmado.
- Has tenido suerte -alenté-, el mar está en calma y puedes aprender a mantenerte en pie.
- O sea, que garantizas mi supervivencia -bromeó, o eso quería creer yo.
- Bueno, tanto como garantizarla... -me encogí de hombros, bromeando también.
- Tendría que haberme imaginado que eras un peligro -ironizó.
- Tranquilo, intentaré que la experiencia no sea demasiado traumática.
- No sabes cuánto me calma eso.
Entre risas, comprobé que ya estábamos a una distancia considerable de la costa. Apoyé mis manos en la tabla y comencé a ponerme de pie poco a poco, tanteando este mar que llevaba años sin surfear. Inhalé una amplia bocanada de aire, llenando mis pulmones con esa fragancia a familiaridad que me abordaba. Me giré hacia Jimin y le tendí una mano, a lo que él respondió frunciendo el ceño.
- Intenta ponerte en pie -alenté yo-. Me acabas de ver ¿no? Te toca.
- Los dos no cabemos en la tabla de pie -observó él, dubitativo.
- Claro que sí -insistí-. Venga, tú puedes.
Jimin acabó resignándose y agarró mi mano, comenzando a ponerse en pie con demasiada cautela. Esbocé una sonrisa traviesa y astuta y, para cuando se había dado cuenta, ya era demasiado tarde. Tiré de su mano hacia un lado consiguiendo que se cayera al agua y se empapara por completo, aunque casi pierdo el equilibrio llevando a cabo mi táctica macabra.
Jimin emergió del agua mirándome con cara de sorpresa e indignación fingida, y yo me crucé de brazos mirándolo desde encima de la tabla, negando con cierta decepción, también fingida.
- Menos mal que no sería una experiencia traumática -recordó él.
- Regla número uno, no te fíes de mí -bromeé, esbozando una suave sonrisa.
- Bueno, como me estás enseñando, no te guardaré rencor -prometió.
- ¿De verdad? -enarqué una ceja-. Me mantendré alerta para no romper mi propia regla.
- Cree el ladrón que todos son de su condición -se burló.
Jimin se aproximó nadando hacia la tabla y apoyó sus manos sobre ella. Enmudecí y decidí contemplar el espectáculo de sus músculos contrayéndose y marcándose al ejercer fuerza para subir a la tabla de nuevo. Para cuando lo había conseguido, su mirada se encontró con la mía y supe que me había pillado, así que carraspeé y miré abruptamente hacia otro lado, aunque era inútil.
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[PJM] Si tú no fueras tú
RomansaNova, si tú no hubieras sido tú, nunca habría sentido el dolor más profundo que uno puede sentir en sus entrañas. Si tú no hubieras sido tú, nada de esto habría pasado, y tal vez nuestros corazones -o al menos el tuyo- seguirían de una pieza, tenien...