Capítulo 55

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~ Jimin

Las veinticuatro horas en las que Nova tenía el control de la situación habían pasado y me habían dejado sin energía, pero siempre tenía un hueco para escribir. Esa mañana Nova despertó en casa de nuevo, y yo debía reconocer que podría acostumbrarme a su presencia y que no pondría objeción a que eso se repitiera.

Nova salió de la habitación y me sorprendió justo cuando estaba recordando los mejores momentos de las veinticuatro horas anteriores que, por supuesto, a ella también le habían pasado factura. Avanzaba lentamente mientras se contorneaba y desperezaba, e incluso así resultaba ser fatalmente atractiva. Abrió uno de sus ojos tras haber bostezado y esbozó una sonrisa cuando se detuvo justo frente a mí.

- ¿No has desayunado todavía? -preguntó.

- No -me encogí de hombros-, me he levantado inspirado y me he puesto a escribir.

- No es justo, un día tienes que enseñarme lo que escribes -se quejó ella.

- Un día lo haré -lancé al aire.

- ¿No puede ser hoy? Aunque ya no tengas que hacer todo lo que yo quiera.

Para mí, la escritura era algo increíblemente íntimo que servía a los autores como una especie de terapia donde dejaban hasta su alma sobre el folio si era necesario. No solía enseñarle mis proyectos a nadie, ni era algo que pretendiera hacer nunca, puesto que hacía mucho tiempo había tomado la determinación de no dedicarme a eso jamás. Sin embargo, Nova parecía ser una extensión de mi alma y mi mente, y una excepción a toda regla. Con ella era sencillo expresar lo que sentía, sincerarme constituía un alivio cuando se trataba de ella, y decidí que esa vez también sería una de esas ocasiones.

- ¿Sabes que siempre quise dedicarme a esto? -comenté repentinamente.

- Seguro que vales para ello -animó-. Tendría que leer algo tuyo.

- Está bien -concedí entre risas-. Tú ganas. Acércate, te dejaré leer un fragmento.

Nova dio un saltito de alegría y se sentó justo a mi lado en el sofá. Se inclinó hacia mí, que tenía el portátil encima de las piernas, y su cercanía me descubrió su aroma. Olía fenomenal a cualquier momento del día, era toda una distracción.

- Estás guapísimo con gafas -aduló, asestando un suave beso en mi mejilla que provocó que mi corazón diera un vuelco.

- No hace falta que me hagas la pelota -repliqué-, ya te he dejado leer.

Sin embargo, para cuando lo dije, Nova ya estaba lo suficientemente inmersa en la lectura como para haberse molestado siquiera en haber respondido. Esbocé una sonrisa sutil, sabía que una persona como ella sabría tomarse en serio la lectura.

- Jimin -me nombró unos pocos minutos después.

- Sé sincera -pedí.

- Es increíble -declaró, mirándome con un brillo especial en sus pupilas-. Tienes que publicarlo, es impresionante.

- Qué dices -suspiré con pesadumbre-. No es para tanto, de verdad. Además, mi familia nunca lo aprobaría.

- Pensaba que estabas por encima de eso -frunció el ceño.

- Y lo estoy, pero también estoy completamente seguro de que mi obra no es tan buena como tú pretendes darme a entender -sonreí levemente.

- Claro que sí -insistió-. Esto se te da de maravilla. Seguro que, si tu familia viera lo bien que se te da, lo aceptarían.

[PJM] Si tú no fueras túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora