Capítulo 35

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Nota de la autora: ¡Hola! Esta semana es un poquito complicada para mí, así que teniendo en cuenta que es posible que no pueda subir capítulo mañana lo subo hoy para no dejarles sin capítulo. ¡Que lo disfruten mucho!


~ Nova

Su forma de tocarme, de parar para luego reanudar, incluso su forma de mirarme me tenían mal. Parecía que esto era imposible, que llegaría algo que interrumpiría la escena, como siempre, y que esto nunca acabaría pasando.

Solamente reparé en que mis labios estaban entreabiertos tratando de controlar mis jadeos cuando Jimin dejó descansar su mano sobre la tela de mi braguita. Entonces abrí los ojos y me encontré de nuevo con su mirada afilada, casi expectante, pero con un claro brillo de deseo y lujuria iluminando sus pupilas.

No había tiempo para juegos, porque yo no quería esperar más. Agarré el borde de la tela de mi braguita y comencé a bajarla para desnudarme del todo porque, incluso aunque me avergonzara ligeramente de estar así por primera vez delante de Jimin, quería sentirlo y lo quería ya. Cuando me deshice de mi braguita y la tiré por algún rincón de la habitación, tragué saliva con dificultad y rodeé la muñeca de Jimin con mi mano, llevando la suya a mi intimidad. Él esbozó una sonrisa taimada con la que me dio a entender que había comprendido el mensaje a la perfección.

Las yemas de sus dedos comenzaron la dulce tortura acariciando mis ingles, y eso ya era suficiente para hacerme apretar los labios y acelerar el ritmo de mis pulsaciones. Después, sus dedos se dirigieron a mis labios externos y su boca a mi pecho, comenzando a besarlo suavemente. Un suspiro profundo salió de mi garganta como reacción a sus actos. Su mirada se dedicó a supervisarme por un momento, me miró desde abajo mientras besaba mi pecho y la escena me pareció sumamente erótica.

- He pensado que, si vamos a hacer esto, deberíamos dejar algunas cosas claras -comentó de repente, sin dejar lo que estaba haciendo.

- ¿Qué cosas? -jadeé yo, pensando que no era el momento más oportuno.

- Que somos amigos -recordó, a lo que yo reaccioné sonriendo levemente.

- ¿Tanto miedo tienes a enamorarte que tienes que volver a dejarlo claro? -me burlé, con la voz entrecortada.

- No me refiero a eso -objetó, llevando su dedo pulgar a mi clítoris mientras comenzaba a acariciarlo, haciéndome arquear ligeramente la espalda-. Ser amigos significa que nos diremos todo -hizo una pausa-. Aunque duela ¿de acuerdo?

- De acuerdo -asentí levemente, mordiendo mi labio con fuerza-. Pero no va a doler, porque solo somos eso, amigos.

- En eso tienes toda la razón -comentó, pasando la lengua suavemente por encima de mi pezón.

Ni siquiera quise replicarle ni ponerle de manifiesto lo absurdo que resultaba destacar que solamente somos amigos mientras estábamos a punto de acostarnos, porque solamente habría servido para detener lo que estábamos haciendo.

Jimin me miró a los ojos unos segundos mientras su boca seguía paseando por mis pechos, alternando sus besos en uno y otro, y entonces, sin esperármelo, introdujo dos de sus dedos en mi intimidad. Agarré las sábanas entre mis puños y me obligué a cerrar los ojos para no perder la razón con la forma en que tenía de acariciarme por dentro, de provocar sensaciones en mí que ni yo misma conocía.

Se posicionó a mi altura, llevando esta vez sus labios a mi cuello y a mi mandíbula, paseándose por ellos con parsimonia, alternando entre uno y otro. Sus dedos no dejaban de juguetear en mi interior, y su pulgar comenzó a acariciar mi clítoris, de forma que el placer que me provocaba se había incrementado en muchísima mayor medida incluso cuando yo pensaba que eso no era posible.

[PJM] Si tú no fueras túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora