Capítulo 49

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~ Nova

Desperté, según el reloj de mi teléfono móvil, pasadas las tres de la madrugada en la habitación de Jimin. El hecho de haber regresado del mundo de los sueños hacía menos de dos minutos me dejó en un estado de confusión del que solamente pude salir haciendo un repaso mental de los últimos sucesos por orden cronológico: había aceptado dormir en casa de Jimin, le propuse ver una película, hicimos palomitas, hicimos una apuesta sobre el asesino que ambos terminamos perdiendo y nos fuimos a dormir cuando los dos estábamos exhaustos.

Eso me llevaba al momento presente, en el que había despertado sola en su habitación. Extendí el brazo al lugar que había ocupado Jimin cuando nos fuimos a dormir y, a juzgar por la fría temperatura de las sábanas, había abandonado la cama hacía ya bastante tiempo. Al recordar la consternación en su rostro después de hablar con su hermano, una punzada de inquietud atravesó mi pecho y decidí buscarlo por la casa.

No me costó demasiado encontrarlo. Salí de la habitación y enfilé el camino hacia la sala, casi obedeciendo a un presentimiento, y lo encontré tendido en el sofá. A lo lejos parecía estar plácidamente dormido, pero a medida que me iba acercando percibía con más claridad que algo no iba bien.

Las manos de Jimin formaban puños, sus músculos estaban tensos, su respiración agitada y tenía los ojos cerrados con fuerza. Se quejaba por lo bajo, de forma apenas perceptible, y comprendí que estaba teniendo una pesadilla. Sabía que Jimin no dormía bien habitualmente. No era la primera vez que lo veía sufrir en sueños, y Jungkook también me lo había contado en alguna ocasión. Actué impulsivamente pensando que necesitaba ayuda.

- Jimin -lo llamé en repetidas ocasiones mientras agitaba su hombro-. Jimin, despierta.

Despertó de un sobresalto tras agitar su hombro varias veces. Me miraba con una mezcla de terror y confusión, todavía con la respiración agitada, para después observar su entorno en estado de alerta. Poco después pareció comprender que estaba a salvo y que todo había sido una pesadilla, pero eso no bastó para evitar que su mirada se tiñera de angustia y su ceño se frunciera. Había algo que lo hacía sufrir, y no solamente cuando estaba dormido.

- Dios mío, Nova -musitó con voz trémula, tapando sus ojos con su brazo.

Le dejé unos segundos a solas consigo mismo, sin presionarlo. Comprendí que estaba intentando ocultar la parte más frágil de sí mismo, pero mi corazón dio un vuelco cuando me percaté de la única lágrima que resbalaba por su mejilla y que su brazo no había conseguido tapar. Mis ojos también enrojecieron, estaba sufriendo tanto como él y quise permanecer a su lado más que nunca.

Dejé que librara esa cruel batalla que solamente él conocía, le di el tiempo que necesitaba hasta que su respiración se fue acompasando y su mandíbula relajándose. Solo entonces, Jimin retiró su brazo dejando sus ojos descubiertos, pero todavía no se había atrevido a hacer contacto visual conmigo.

- Perdona -suspiró profundamente-. No podía dormir y vine aquí para no molestarte, pero terminé quedándome dormido en el sofá.

- No te disculpes. ¿Un mal sueño? -pregunté, como si no fuera obvio.

- Una mala realidad -respondió, frotando el puente de su nariz con sus dedos.

- Todos guardamos algo con lo que luchamos en solitario, pero es una guerra perdida. Pero cuando libramos batallas con nosotros mismos, lo más adecuado es la reconciliación -sugerí-. Si todavía no estás preparado para eso, una buena forma de empezar es hablar con alguien de lo que te pasa.

[PJM] Si tú no fueras túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora