Me tomó un tiempo llegar al baño, había mucha gente y Laura se había escurrido entre la multitud con demasiada facilidad. Cuando finalmente entré al baño ella se estaba lavando las manos. Nos quedamos viendo a través del reflejo del espejo.
-¿Me seguiste al baño?
-Yo... ¿podemos hablar?
-¿En el baño?- se escurrió y se secó las manos. Luego volteó a mirarme esperando a que hablara.
-Sí, si es necesario. Te extraño Laura, sos mi amiga y...
Ella bajó la vista y suspiró.
-¿Sabés cuantas veces desde que conocí a Camila quise hablarte, contarte lo que me estaba pasando?
-¿Y por qué no lo hiciste?
-No lo sé Kiara, no sé. Estoy confundida con todo esto, no estoy segura de lo que siento, por vos, por ella... Sólo sé que... también te extraño.
Sonreí. Supuse que si Laura era capaz de reconocer eso y además estaba conociendo a alguien había una posibilidad de recuperar a mi amiga.
-¿Hace cuánto la conocés a esta chica?- me interesé.
-Unos... dos meses.
-¿Cómo la conociste?
-Una de esas aplicaciones que nunca quisiste usar.
Lancé una carcajada. Era cierto, Laura, en sus intentos de ayudarme a olvidar a Vanessa, me había insistido en descargar algo de eso, hasta ella misma la bajó para despertar mi curiosidad, pero nada sirvió conmigo.
-¿Y te gusta?
-Sí, creo que sí. Es decir, me escucha, me hace reír y el sexo... ¡es fantástico!
Reí de nuevo. Definitivamente había extrañado a Laura.
-Decime que es mejor de lo que fue conmigo, por favor.- Le pedí recordando esa noche de la que realmente Laura y yo no habíamos vuelto a hablar.
-Definitivamente lo es, lo siento amiga.
-No, no te disculpes, me alegra que encuentres a alguien que te haga feliz, nadie se lo merece más que vos. Y debo suponer que ella sabe de mí, digo, lo que pasó entre nosotras ¿no?
-Sí, lo sabe.
-Entonces... Hay algo que no entiendo ¿Por qué nos invitó a compartir la mesa?
-No sé. ¿Por qué Vanessa aceptó? Creí que me odiaba.
-No, ella no te odia, solo está preocupada por mí. Creo que por eso aceptó, de hecho, creo que ella me dijo que te siguiera.
-¿Crees que te lo dijo?- Laura me miró muy confundida.
-Bueno, no lo dijo, pero lo entendí en su mirada.
-Okay, eso suena más raro todavía. Estás feliz con ella, ¿verdad?
-Sí, muy feliz... Pero me gustaría también tener a mi mejor amiga en mi vida.
Laura sonrió y tomó mi mano y yo solo tiré de ella para abrazarla.
Para cuando volvimos a la mesa Vanessa y Camila parecían muy cómodas la una con la otra tomando sus cervezas y nos miraron con curiosidad.
No dijimos nada y nos sentamos, pero sabíamos que ellas entendían que ya todo estaba bien.
-Pedimos pizza, espero no les importe.- Avisó Camila.
-No, está bien.- respondió Laura.
Yo tomé la mano de Vanessa y la apreté. No necesitaba palabras para agradecerle y ella lo sabía.
El ambiente fue mucho más relajado desde ese momento. Supe que Camila era veterinaria y de verdad parecía interesarse y preocuparse por Laura. Se veían bien juntas. Había visto a Laura con su ex, la había visto enamorada, pero tal vez no tan cómoda como la veía ahora.
La cena no había sido nada lo planeado, pero había salido bien. Encontrarnos con Laura y su acompañante había sido toda una sorpresa, pero sirvió para que ella y Kiara arreglaran las cosas, o al menos hablaran. Estaba ansiosa por volver y que Kiara me dijera qué había pasado, aunque era claro que su complicidad había vuelto.
No muy tarde, porque al otro día volvíamos a trabajar, nos despedimos de las chicas y salimos del local. Estábamos entrando al auto cuando mi mirada se cruzó con la de una mujer que me resultaba extrañamente conocía pero que no podía recordar de dónde. La mujer me miró con una mezcla de sorpresa y susto antes de cruzar la calle.
-¿Vane?- llamó Kiara.
-Sí, perdón.- Me apresuré a subir al auto
-¿Estás bien?
-Sí, sí, solo... -Entonces recordé quien era la mujer.- Me pareció ver a alguien conocido, pero no.
No quise preocupar a Kiara, pero esperaba la mujer no nos hubiera visto salir del restaurante tomadas de la mano, aunque me costaba creer que no notara el ambiente LGBT. Sin embargo, a pesar de mis intentos de no mostrar mis preocupaciones, Kiara las notó y el lunes hizo preguntas.
-¿Segura que está todo bien? Si es por lo de Laura...
-No, amor, me alegra mucho que las cosas con ella se estén arreglando. Solo son cosas del trabajo, de verdad no quería que terminaran las vacaciones.- La tomé de la cintura para acercarla a mí en la cama.- Quería quedarme con vos en los cerros y acurrucarnos en el balcón todas las noches a ver las estrellas.
-A mí también me gustaría eso.
Logré distraerla del tema y que se relajara, pero la conocía y ella a mí, sabía que iba a notar cualquier cambio en mi ánimo si no tenía cuidado.
Ya, ya, que vean que:
1. No me morí.
2. Sí voy a seguir escribiendo aunque me tarde mil años en actualizar.
3. Si quieren que actualice más seguido pueden seguirme en mis redes, que estoy tratando de llevarlas como corresponde, y pedírmelo ahí, eso me incentiva.
En fin, gracias por seguir acá.
ESTÁS LEYENDO
Tramposo Destino
RomanceKiara conoce a Vanessa como su profesora de la universidad pero todo entre ellas termina mal. El destino no se conforma con eso y vuelve a juntarlas. ¿Qué pasará esta vez?