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No podía creer lo que acabábamos de hacer, estaba perdiendo la cabeza totalmente por Vanessa. Pero también estaba tan excitada. Ella no dijo nada en todo el camino a casa y yo no pregunté, sabía que algo estaba planeando. Me había arriesgado mucho, esperaba... bueno, no sé qué esperaba, como dije, no estaba pensando, pero claramente no esperaba lo que vendría. Por un momento creí que podía a enojarse por la forma en que la había abordado, era una completa locura, pero podía ver lo excitada que estaba ella también.

Cuando llegamos estacionó y me arrastró hasta mi departamento. Una vez dentro lanzó sus bolsos y los míos al sillón y me tomó de la cintura de la forma más posesiva que yo hubiera conocido. Me besó, me besó por largo rato y la dejé tomar por completo el control. Yo estaba cada vez más excitada disfrutando de su boca, mis piernas temblaban y los gemidos salían de mis labios sin control.

-Vanessa, por favor.

-Oh, sí, vas a pedir por favor.

La oleada de excitación me recorrió con solo escuchar sus palabras. Me llevó a la habitación y me sentó en la cama.

-Desnudate.- me ordenó e hizo lo mismo.

Obedecí sin dejar de mirarla. Luego se acomodó sobre mí para volver a besarme. Era algo que amaba, ella sobre mí, nuestros cuerpos pegados, su muslo entre mis piernas, mis manos en su espalda. Me retorcía de placer.

Volví a gemir cuando sus labios mordieron mi pezón derecho y cuando lamió el izquierdo. Luego siguió bajando, estaba lista para recibir su boca cuando se detuvo.

-Date vuelta.

Lo hice y su mano me atacó por detrás, acariciando mi humedad, yo estaba a punto de explotar. Deslizó un dedo dentro de mí y me aferré a las sábanas moviéndome contra su mano.

Sentí su boca paseando por mi cintura, llevándome al límite.

-Shh... despacio, todavía no.

Controlé mis movimientos, sí, yo también quería que durara más, pero estaba tan excitada que no estaba segura de cuánto podría aguantar, Vanessa lo sabía. Sentía su mano por todo mi sexo, ya no estaba segura de lo que ella hacía, pero era hermoso y no quería que se detuviera, creo que nunca me había sentido así.

Las caricias de Vanessa fueron más allá, ahora estaba usando sus dos manos y una de ellas se deslizaba peligrosamente cerca de mi ano, gemí ante este nuevo contacto. Se fue acercando cada vez más y empecé a preguntarme cuales eran realmente sus planes. No tardé en averiguarlo, con suavidad deslizó un dedo dentro de mi ano y solté un sonoro suspiro.

-¿Estás bien?

-Sí.- jadeé.

Vanessa comenzó a moverse con suavidad contra mí, dentro de mí. Nunca me había sentido tan poseía por alguien, pero era Vanessa y yo quería que ella me tomara de esa forma. Siempre había estado en mí de alguna manera, no había un día que no pensara en ella, que no robara aunque sea un segundo de mis pensamientos. Me había lastimado, pero aun así la amaba y sabía que estaba completamente loca por ella. Me entregué por completo, dejándome llevar por el ritmo de sus manos, yo ya no tenía control de mi cuerpo, era totalmente de ella cuando el orgasmo me atravesó con una intensidad totalmente nueva.

Caí exhausta sobre el colchón, con el corazón golpeando en mi pecho y mis manos aún aferrando con fuerza las sábanas mientras ella salía de mi dejando las últimas caricias en mi sexo todavía sensible.

Vanessa acarició mi espalda con suavidad mientras mi respiración se calmaba, con facilidad podría haberme quedado dormida.

-Ya vengo, ¿estás bien?

Asentí, aún tenía los ojos cerrados y mi mente intentaba procesar lo que acababa de pasar, me sentía completamente saciada.

Escuché el agua de la bañera correr y comencé a tener frío, estaba cubierta de sudor que empezaba a enfriarse sobre mi piel. Como pude me acomodé bajo las sábanas, mis músculos aun temblaban.

Vanessa volvió envuelta en una bata y tomó mi mano.

-¿Segura que estás bien?- parecía preocupada.

-Estoy exhausta.

-Pero...

-Estoy bien.- apreté su mano.- Fue... fue increíble.

Pareció relajarse y me sonrió.

-¿Tatiana te enseñó eso también?- pregunté y enseguida me arrepentí.

-¿Vos sabés que cuando vos y yo tuvimos esa primera vez yo no era virgen, no? Tuve otras parejas antes.- levantó una ceja mirándome con diversión.

-Cierto.- dije algo avergonzada. No, no quería imaginármela con un hombre, pero supuse que a eso se refería.

-Vení, vamos a tomar un lindo baño.

La bañera estaba casi llena y Vane me ayudó a entrar. Me deleité con el agua tibia acariciando mi piel, relajando mis músculos. Ella no tardó en unirse.

-¿De verdad te gustó?

Abrí los ojos y la miré, sentada frente a mí, sus pechos apenas sobresaliendo del agua ahora espumosa.

-Nunca había hecho eso... Pero sí, sí me gustó. Realmente no lo vi venir. Supongo que me lo merecía ¿no?

-Tal vez debería haberte preguntado primero.

-Vane, si me hubiera molestado te lo hubiera dicho, no es como si me hubieses obligado a algo.-

Ella no parecía convencida. Gateé por la bañera hasta recostarme en su pecho.

-No hiciste nada malo, al contrario, estaba tan... excitada, de verdad, me gustó mucho. Tal vez yo no debería haber hecho lo que hice en la escuela. Ahora lo pienso, fue una locura ¿Qué hubiera pasado si nos descubrían?

Vanessa sonrió.

-Sí, fue una completa locura, pero también estaba tan excitada que no fui capaz de decirte que no. Y no quiero ni pensar en lo que hubiera pasado, pero no pasó así que creo que podemos tacharlo de la lista de fantasías a cumplir.

-¿Era tu fantasía?

-¿Tener sexo sobre el escritorio de mi propia oficina? Sí, tal vez.

-Creo que también era un poco me fantasía.

-Estamos a mano entonces.

-¿Lo de recién también era una fantasía tuya o...?

Vanessa empezó a reír.

-Ay, mi amor, no te das una idea de todas las cosas que quiero hacer con vos.

La forma en que lo dijo, la forma en la que me miró, me terminaron de convencer de las muchas cosas que quería probar con ella. Había pasado muchos años con relaciones esporádicas, nada serio, chicas de una noche o a lo sumo de un par de encuentros pero que nunca terminaban de captar realmente mi atención y el sexo era simplemente eso, la liberación del momento y nada más. Ahora era diferente, yo quería todo con Vanessa y a medida que el tiempo pasaba los fantasmas del pasado, los miedos de que las cosas no funcionaran o de que me dejara nuevamente, habían desaparecido. Confiaba en ella de nuevo y explorar más a fondo mi sexualidad con ella me llenaba de expectativas.


Ahora sí...

Alguna fantasía que quieran comentar??

Tramposo DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora