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Lentamente me fui recuperando. Ahora sólo quería hacerle sentir aunque fuera una parte de todo lo que ella producía en mí. Besé la piel que tenía a mi alcance y de a poco fui colocándome sobre ella.

-Creo que es mi turno...

-¿Vas a vengarte?-me desafió.

-No te das una idea...

Quería mostrarme segura, pero lo cierto es que sentía todo lo contrario. Temía no poder provocar en Vanessa lo que ella provocaba en mí. Ella se encargaría de demostrarme que tenía mucho para darle.

Besé sus labios, lo acaricié con mi lengua haciéndola gemir. Bien, me gustaba escucharla y quería escuchar más.

Comenzó a besarme, bajando por mi cuello, mordiéndolo suavemente haciéndome emitir pequeños gritos. Me gustaba, me encantaba de hecho. Metí mis manos en su pelo para pegarla a mi piel, quería más.

Sentí su muslo presionar mi entrepierna y mis caderas cobraron vida propia, moviéndose para aumentar el contacto. Ella respondió empujando suavemente. Apreté su trasero apretándola más contra mí y la escuché gemir. Levanté mi pierna para aumentar su contacto pero ella tenía otros planes que iba a gustarme más.

No, si seguíamos así yo no iba a ser capaz de parar. No, quería otra cosa, quería que fuera mía, que me pidiera que la tocara. Me hice a un lado y me arrodillé entre sus piernas. Tomé sus manos y las puse a ambos lados de su cabeza antes de volver a besarla. Ella se quejó un poco, pero me dejó hacer si oponer resistencia.

Volví a bajar besando su cuerpo. Mordí sus pezones suavemente y la escuché gemir, cómo me gustaba escucharla.

-Kiara...

Le sonreí mientras deslizaba mi boca entre sus piernas. La vi echar la cabeza hacia atrás y me sumergí en su sexo.

Éxtasis. Esa era la palabra que mejor definía mis sensaciones en ese momento. Era perfecto, ella era perfecta. Entendí que no se trataba del placer físico, sino de las emociones que acompañaban cada roce, cada contacto, cada mordida. Ella me quería suya y yo quería serlo. Comprendí también que Kiara me había conquistado hacía mucho y que sólo había estado esperando este momento para entregarme por completo. Tal vez ya nos habíamos acostado antes, pero yo no había querido involucrar sentimientos, ahora sabía que me era imposible separar las cosas cuando se trataba de Kiara, ahora entendía porque no era igual que con cualquier otra.

Me dejé consentir por las caricias de su lengua, no tenía prisa y yo tampoco. Pero ella tenía más para darme. Sentí su dedo acariciarme y luego dentro de mí.

-Más...

Un segundo dedo completó mis sensaciones mientras su lengua y sus labios no se quedaban atrás. No tardé en aferrarme a las sábanas y dejarme ir en un orgasmo como hacía mucho no tenía.

Todo mi cuerpo buscaba aire mientras mi corazón golpeaba fuerte en mi pecho y unas lágrimas se escapaban de mis ojos.

Besé la parte interior de sus muslos, simplemente porque me gustaba y aun podía sentirlos temblar. Entonces me di cuenta de que lloraba.

-Mi amor.- me apresuré a cubrirla con mi cuerpo y acariciar sus mejillas recogiendo las lágrimas.- ¿Estás bien?

Ella se apresuró a asentir y me abrazó sin decir nada. Correspondí a su abrazo acomodándome a su lado para permitirle apoyarse entre mi hombro y mi pecho.

-Gracias.- susurró.

-Tranquila, no llores, todo está bien. Mirame.- acaricié su mandíbula para que levantara la vista.- Te amo.

-Te amo.

Nos fundimos en un nuevo beso.

-Perdoname. Perdoname por todo lo que pasó, por haberme ido así, por habernos lastimado de esa forma, yo...

-Basta, ya no tenés que pedir más perdón. Ahora estamos juntas.

Volví a abrazarla y nos quedamos en silencio largo rato. No había nada que decir, ya nos habíamos dicho todo y yo quería pasarme así el resto de mi vida.


Era un momento muy importante para ambas, así que decidí escribirlo de esta forma. 

Espero pueda apreciarse, yo, sinceramente, estoy muy contenta con el resultado :)

Tramposo DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora