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-Mmm...

Los suaves labios de Vanessa acariciaban mi espalda. Los días que no teníamos que trabajar pasábamos la mañana en la cama, desnudas. En la semana estábamos en mi departamento y los fines de semana los pasábamos en el suyo. En varias ocasiones cenábamos o almorzábamos con su madre. Ella me caía realmente bien y después de un par de comidas me sentía completamente cómoda con ella.

Yo no la había presentado a mi familia, no como mi pareja al menos. Mis padres la conocían de la época en que había sido su ayudante, lo que haría todo más extraño. No había sido fácil explicarle a mi mamá la ausencia de Vanessa en mi graduación, no solo por lo mucho que me dolía que ella no estuviera ahí, sino porque realmente no sabía el motivo, no tenía idea de dónde estaba. Por suerte, gracias a mi orientación sexual, mi familia no hacía muchas preguntas sobre mi vida amorosa. Mi sexualidad nunca había sido un problema en casa, pero tampoco un tema sobre el que hablar en la comida familiar. Todos los sabían, pero era más fácil no mencionarlo. No tenía idea de cómo reaccionarían cuando supieran de mi relación con Vanessa y tampoco me importaba, me bastaba con tenerla para mí, no quería compartirla con nadie.

-¿Te gustan mis besos?

-Me encantan tus besos.- respondí dándome vuelta para buscar su boca con la mía.

-Amo hacerte el amor, amo hacerte mía.-suspiró en mi boca.

-Y yo amo que lo hagas.- volví a besarla y la tumbé sobre el colchón para devorar sus pechos.

-Dame un respiro, yo no soy tan joven.

Con una sonrisa liberé su pezón de entre mis labios y me perdí en sus ojos.

-Vení.- abrió los brazos y me acomodé entre ellos.-Ayer mamá me preguntó si íbamos a hacer algo en las vacaciones de invierno, le dije que no sabía, pero me hizo pensar, podríamos hacer un viaje... si querés.

-¿Viajar juntas?

-Sí, algo cerca, había pensado ir al norte, aunque sea una semana... Estar juntas...

Me empecé a reír.

-¿Qué es tan gracioso?

-Te imaginé con un gorrito coya frente al cerro Siete Colores.

-¿Un gorrito coya?

-Sí, uno con los colores del arcoíris.- me acerqué y dejé un beso rápido en su mejilla.

-Entonces... ¿Te gustaría?

-¿Verte con un gorrito coya?

Ella puso los ojos con fingido fastidio.

-Sí, claro que me encantaría ir de viaje con vos, a donde sea, y creo que el norte es perfecto.



A dónde se irían de viaje con esa persona?

Tramposo DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora