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Cuando desperté sentí un peso en mi brazo adormecido. Abrí los ojos para encontrarme con Kiara sobre él, aun dormida. Durante la noche se había despertado varias veces, había estado muy inquieta por lo que le había costado dormir. Me levanté lo más suavemente que pude para no despertarla y fui a prepararle el desayuno.

Puse a hacer café y algo de pan a tostar. Todo lo hice con una sonrisa estúpida en la cara. Me sentía inmensamente feliz, al fin iba a poder estar con Kiara, lo que había querido desde que la había vuelto a ver, comérmela a besos, dormir con ella, hacerle el amor. Aunque la noche anterior me había asustado un poco cuando me rechazó, entendía sus miedos e iba a esperar todo lo que hiciera falta. Tomé el teléfono y avisé a la escuela que iba a llegar más tarde.

-No te fuiste.- La voz de Kiara me sobresaltó.

-¡Ey! Buen día.

Ella se acercó casi corriendo y me abrazó con fuerza.

-No te fuiste.-repitió.

-No, claro que no me fui.- Correspondí a su abrazo por un momento y cuando nos separamos dejé un beso en sus labios.- No quería despertarte. Hice el desayuno.

Sonrió y se sentó a la mesa.

-Gracias, de todas formas ya era hora de levantarme o voy a llegar tarde a la escuela, hoy entro temprano.

-Vos no vas a dar clases hoy y yo ya avisé que voy a llegar más tarde.- dije sirviéndole el café.

-¿Qué? ¿Por qué?

-Porque después de lo que pasó me parece mejor que te tomes unos días.

-Pero me gustaría poder hablar con mis alumnos de lo que pasó.-dijo con tristeza y apretando sus manos alrededor de la taza que acababa de entregarle.

-Yo puedo hablar con ellos hoy si querés y la semana que viene vos hablás tranquila.

Sonrió.

-Gracias, de verdad. No séqué hubiera hecho anoche si no hubieras estado conmigo.

-Quién sabe, capaz me habrías llamado.

-Es muy probable.

-¿De verdad?- pregunté totalmente sorprendida.

-Vanessa, te sorprendería cuántas veces a lo largo de este año quise llamarte por cualquier cosa, solo por hablar en medio de la noche. Cuántas veces durante el verano quise escribirte aunque no tenía nada que decirte, pero quería saber de vos porque a pesar de todo, me había acostumbrado a verte y... te extrañaba, de alguna forma.- bajó la vista avergonzada.

Estiré mi mano para tomar la suya.

-Yo también quería llamarte. Voy a ser totalmente honesta. Revisaba el Facebook de Laura prácticamente todos los días y me moría de celos.

Ella rió.

-Eso es demasiado infantil para vos.

-Lo sé. Creo que por eso me convencí de que ustedes tenían algo más. Pero no podía evitarlo y era mi forma de, al menos, verte.

-Tampoco sabía que tenías Facebook, Laura no me dijo nada de que te tenía entre sus contactos. Voy a agregarte ahora.- sacó su teléfono, pero se detuvo.- Mejor todavía no. ¿Voy a encontrarme con fotos de Tatiana ahí?

-En realidad no lo uso. Sólo lo usaba para verte. Llevaba meses sin entrar y cuando lo hice lo primero que vi fue una foto de ustedes, entonces no pude dejar de entrar todos los días.

-Sos una maldita acosadora.- bromeó.

-Lo sé, qué horrible, soy una completa ridícula.

-Nunca pensé que podías llegar a estar tan loca por mí.

-Bueno, ya ves que sí puedo.

Charlamos un poco más. Yo no quería irme, pero no podía llegar tan tarde a la escuela, no solo tenía millones de cosas que hacer, sino que además le había prometido a Kiara que yo misma iba a cubrir sus horas y hablar con sus alumnos, y con todo el colegio, sobre lo que había ocurrido en la escuela número 45.



Volví a su casa en cuanto salí de la escuela. Moría por verla, por besarla de nuevo. Si bien nos habíamos comunicado por mensajes durante todo el día, yo sentía que habían pasado siglos desde la última vez que había estado con ella. Era toda una situación que tendría que aprender a manejar, porque después íbamos a vernos en el trabajo y tendría que comportarme. Nadie podía saber lo nuestro. Si bien no era nada ilegal, sería raro, incómodo para los demás y para nosotras mismas. Probablemente, si fuéramos una pareja heterosexual no sería todo tan complicado, pero una pareja gay y encima en un ámbito educativo...Repito, no había nada ilegal, pero, aceptémoslo, era un tema delicado.

Cuando llegué me recibió con un beso casi desesperado. Y yo me sentía igual, podía besarla toda la vida, a mí el aire me faltaba cuando sus labios no me besaban.

-Me moría por besarte.-susurré sobre su boca.

-Tenía miedo de que te arrepintieras y no volvieras.- Me abrazó fuerte y apoyó su cabeza en mi pecho.

-Kiara, yo no me voy más de tu lado. Me equivoqué una vez, pero ahora ya aprendí.- tomé su rostro entre mis manos para mirarla.-Te amo.

Volví a besarla intentando transmitirle seguridad. Se aferró a mi cintura y sentí sus manos bajar lentamente por mi espada. Entonces las sentí llegar finalmente a mi trasero donde dejó un suave apretón que me hizo perder el control. Solté un gemido e intensifiqué el beso, empujándola lentamente hasta que chocamos con su mesada. Su mano, ahora en mi nuca, me detuvo suavemente. Ambas estábamos agitadas.

-No sé cómo sobreviví todo este tiempo sin besarte.- dije mordiendo suavemente su labio inferior.

Ella sonrió.

-Se te corrió todo el labial.- pasó su dedo por la comisura de mis labios intentando limpiarlo.

-Te dejé labial por acá- Iba a volver a besarla cuando el timbre nos interrumpió.

Ambas miramos a la puerta.

-Qué raro.- dijo antes de ir a abrir.

-¡Al fin te encuentro! Llevo llamándote todo el día ¿dónde estabas? Podrías al menos mandarme un mensaj...

Una atolondrada Laura entró por la puerta haciendo excesivos gestos con sus brazos y hablando sin parar hasta que sus ojos se encontraron conmigo y su expresión cambió completamente.


I'M BACK!

Tramposo DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora