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En este capítulo hay algo particular que tal vez requiera un poco más de atención al leer. Como habrán notado la letra normal corresponde a las partes contadas por Kiara y las partes en cursiva a las contadas por Vanessa. Esta escena salta de una a otra en repetidas ocasiones. 

Me pareció un recurso interesante para este tipo de historia, espero sea comprensible y agradable a la lectura. Díganme sus opiniones, si quieren que lo repita o les parece lo más horroroso del mundo. XD

Empecemos...

Cuando llegamos me ayudó a subir a Laura, que, aunque estaba un poco más despierta, no me parecía seguro que subiera sola una escalera.

-Estoy bien, estoy bien.

-¿Seguro?

-Sí, solo tengo una resaca horrible, nada que no se quite con un baño.- insitió Laura.- Voy a darme una ducha.

-Yo... bueno, entonces me voy...- tartamudeó Vanessa mientras yo acompañaba a mi amiga al baño. Estaba tan preocupada por Laura que me había olvidado de ella.

-Esperá, ya bajo a abrirte.

Me aseguré de que Laura no iba a caerse estando sola en el baño y bajé con Vanessa.

-¿Querés que te espere y te alcanzo a tu casa?.- me preguntó en la puerta.

-Voy a quedarme por si necesita algo.

-Está bien....-dudó unos segundos y volvió a hablar.- Yo sólo quería pedirte perdón por lo que hablamos en el auto y...

-No, soy yo la que te tiene que pedir perdón. Nos estabas haciendo un favor y yo reaccioné mal sin motivo.

En el fondo sabía que tenía todos los motivos para estar enojada conmigo y aun así se estaba disculpando.

-Kiara, sé que hice las cosas mal y arruiné todo entre nosotras. No pretendo que seamos amigas, pero me gustaría que pudiéramos llevarnos bien.-respondí.

La miré totalmente desconcertada, yo también había tomado bastante y me costaba procesar lo que me decía. ¿Yo qué quería? ¿Quería ser su amiga? ¿Quería algo más? Quería que nunca se hubiera ido como lo hizo.

-Sé que capaz no tengo derecho a decir esto.-siguió Vanessa.- pero más allá de todo, me hace mucha ilusión trabajar con vos, siempre me gustó.

-A mi también me gustaba... Me hiciste falta, Vanessa. Tal vez fui una estúpida al pretender algo más después de esa noche, pero no solo me rompiste el corazón, me abandonaste como profesora.

Tenía razón. Nunca lo había pensado de ese modo. Fui tan egoísta. Todas las decisiones las tomé en función mía. Sabía que podía lastimar a Kiara desapareciendo así, pero nunca pensé que fuera para tanto, creí que enseguida se olvidaría de mí. No tuve en cuenta que lo nuestro no era solo una aventura de una noche con una desconocida. Ella era mi alumna y confiaba en mí, yo traicioné su confianza en todo sentido.

-Muchas veces tuve miedos y dudas. Y era cuando más te odiaba por haberme dejado.- noté que luchaba por contener las lágrimas que llenaban sus ojos.

-Lo siento de verdad, Kiara. Siento no haber estado estos años.- de verdad lo sentía.- Sé que no sirve de nada, pero estoy orgullosa de la profesora en la que te convertiste. Siempre fuiste brillante pero ahora... lo hacés realmente bien.

Sus ojos azules se volvieron más oscuros. Aunque se hubiera comportado como una idiota conmigo, la conocía muy bien y sabía que estaba siendo sincera.

-A mí también me hace ilusión trabajar con vos. Más allá de lo que pasó, para mí sos la mejor que hay. En la escuela te quieren y te respetan.

Sonrió.

-Bueno, al menos hago algo bien.

-No es lo único que hacés bien.

No sé por qué dije ese ni por qué hice lo que hice después. Probablemente porque había tomado más de lo que pensaba o tal vez porque simplemente era lo que quería hacer desde que la volví a ver. Como fuera, me lancé a sus brazos, me apoderé de sus labios y poniendo mis manos en su nuca para atraerla más hacia mí. Y me correspondió. Besarla era volar, me sentí en el cielo y la caída iba a doler.

Cuando los labios de Kiara rozaron los míos sentí una corriente eléctrica bajar por toda mi espalda. Me hizo temblar como la primera vez. Besarla era distinto a besar a cualquier otra persona. Ella había sido especial para mí y seguía siéndolo. La tomé por la cintura para pegar más nuestros cuerpos. Necesitaba sentirla, quería que fuera mía, llevarla a mi casa y hacerle el amor como aquella noche y... entonces recordé: Tatiana.

-Lo siento.-dije separándome de repente.- Kiara, estoy con alguien y...

Pude ver en sus ojos como le rompía el corazón otra vez. No dijo nada y salió corriendo.

-¡Kiara!- intenté detenerla, pero se soltó de mi agarre y desapareció en el interior del edificio cerrándome la puerta en la cara.



Tramposo DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora