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El lunes decidí hablar con Laura, no solíamos pasar tanto tiempo sin intercambiar ni siquiera un par de mensajes. Sabía que estaba enojada y lo entendía, pero esperaba que después de unos días se le pasara y finalmente se alegrara por mí.

-¡Laura!-la llamé cuando la crucé en el pasillo durante el primer recreo.- ¿podemos hablar?

Volteó y apenas me miró.

-¿Estás saliendo con ella?

-Estamos... intentándolo, sí y...

-Entonces no.- dio la vuelta y empezó a caminar.

-¡Esperá!—la sujeté del brazo.- ¿No vas a hablarme más?

-¿Para qué? Si no me escuchás, Kiara.- No supe cómo interpretar su mirada.-Así que no, no quiero hablar.

Siguió su camino dejándome ahí como una idiota hasta que pude reaccionar y también me dirigí a la sala de profesores.

Cuando entré y me senté en la otra punta de la mesa y no al lado de Laura como solía hacer, todos notaron que algo no estaba bien. Se hizo un extraño silencio en el cual los demás profesores nos observaban intentando entender qué pasada.

-Buenos días.- Vanessa irrumpió en la sala con una radiante sonrisa que rápidamente se transformó en una cara de total desconcierto.

Algunos respondieron suavemente y fingieron seguir revisando sus papeles y corrigiendo trabajos de los alumnos en silencio.

Vanessa me dirigió una mirada interrogante que contesté con una triste sonrisa e imité a mis compañeros.

-¿Kiara, podés venir a mí oficina un momento? – habló con extrema seriedad.

Me levanté en silencio e intercambié una mirada con Laura que me estrujó el corazón. Seguí a Vanessa hasta la dirección y cerró la puerta cuando entramos.

-¿Qué pasa? – preguntó.

-Laura sigue enojada, le dije que estábamos intentándolo y se negó a escucharme.

-Dale un poco más de tiempo, ya se le va a pasar.- acarició con delicadeza mis brazos.- ¿Y a los demás qué les pasa?

-Creo que notaron la tensión entre Laura y yo y cuando apareciste, bueno, considerando cómo te comportaste con todos las últimas semanas no sería raro que te tengan... ¿miedo?

-¿Tan horrible fui?

No quería contestar que sí, pero...

-Bueno, voy a tener que revertir eso.- dijo decidida.- Vamos.

-¿A dónde?

-A sala de profesores. Quiero disculparme con todos.

Sonreí y me dispuse a salir.

-Pero antes.- Vanessa me detuvo sujetándome de la cintura.- Quiero un beso.

Sus labios se posaron con delicadeza sobre los míos y la ya conocida electricidad recorrió mi espalda. Por unos segundos me olvidé de dónde estábamos, de mi pelea con Laura, de todo.

-Ahora sí, vamos.- sus palabras me volvieron rápidamente a la realidad y regresamos a la sala con los demás profesores.

-Quiero disculparme con ustedes.- soltó a penas entramos y todos nos miraron.- Sé que estas semanas no me porté muy bien con ustedes. No estaba pasando un buen momento personal, sé también que eso no es excusa, pero quiero que sepan que no va a volver a pasar.

Había total desconcierto en la cara de todos los profesores, probablemente pensaban que estaba totalmente loca, incluso yo lo pensé, pero a la vez me encontraba orgullosa de ella. Si bien era una excelente directora, este último tiempo había sido demasiado altanera y mandona, no era frecuente que reconociera sus errores de esa forma, por lo que no pude evitar sonreír. Mis compañeros respondieron asintiendo levemente y otros respondieron con discreción que no se preocupara y que aceptaban las disculpas.

En ese momento sonó el timbre y todos aprovecharon para huir de la incómoda situación. Laura fue la primera en salir.

-Hipócrita.- susurró cuando pasó por nuestro lado. Solo Vanessa y yo la oímos e intercambiamos una leve mirada. Ella acarició discretamente mi brazo antes de salir detrás de los demás.

Respiré hondo y también me dirigí a mis clases. Iba a ser una semana larga.



Entre a la dirección y me dejé caer en mi silla. Cerré los ojos y lentamente fui escuchando como los sonidos del final del recreo amainaban. Todos entraban a sus clases y la escuela quedaba en silencio, solo algunos murmullos de las aulas más cercanas llegaban a mi oficina.

Hacía unos minutos me sentía totalmente feliz, estaba en una burbuja donde solo existíamos Kiara y yo. Ahora empezaba a caer en la realidad. Hice memoria y efectivamente no había sido la mejor persona este último tiempo. Pensé en Tatiana y tuve que contener las ganas de llorar. Luego la sonrisa triste de Kiara por su pelea con Laura. No quería que se distanciara de su amiga, ella la había cuidado todo este tiempo que yo no había estado. Kiara la había pasado realmente mal por mi culpa, era lógico que Laura desconfiara de mí. Aun así había algo que me molestaba y en lo que me negaba a pensar por miedo a perder los estribos. Algo en el fondo de mi conciencia me decía que había algo más.

Comencé a hacer memoria. Laura siempre había sido protectora con Kiara y habían pasado todo el verano juntas, siempre andaban juntas, de hecho eso me había llevado a creer que había algo más que amistad, aunque lo descarté totalmente cuando Kiara me lo negó. Sin embargo, sabía que Laura era la única que conocía sobre la sexualidad de Kiara y que había terminado una relación de muchos años el año pasado. ¿Sería posible, entonces, que sintiera cosas por Kiara? Claramente era una idea que me molestaba, pero tenía sentido si seguía mi instinto. Era esa estúpida idea la que flotaba en la nebulosa de mi inconciencia y ahora me estaba animando a poner en palabras. Ya fuera por mera curiosidad o porque eran amigas cercanas, era totalmente lógico que se confundieran las cosas. De ser así... ¿Kiara lo sabría?

Decidí dejar pasar unos días más y si no... bueno, no estaba segura qué debía hacer. No me resultaba difícil tomar decisiones como directora, pero cuando se trataba de mi vida era una estúpida insegura. Además, tenía mucho miedo de hacer algo que me alejara de Kiara de nuevo, me aterraba esa idea. Así que no podía ir y simplemente decirle que creía que Laura estaba enamorada de ella o lo que fuera, estaba segura que le molestaría. ¿Hablar con Laura y preguntarle directamente? No sabía cómo podía terminar esa conversación y era posible, sino muy seguro, que Kiara se enteraría se enojaría de todas formas. Era mejor no hacer nada y esperar.



Me gustaría saber que opinan de Laura y qué opinan de Tatiana...

En fin, gracias por leer :)

Tramposo DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora