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Así fue, de las dos semanas de vacaciones de invierno pasamos diez días viajando por el norte. Paramos en tres pequeños pueblos en medio de los cerros, disfrutando de la tranquilidad y de los colores del paisaje, pero sobre todo de la compañía. Y hablamos, hablamos mucho y sí, le hice usar un gorrito coya para tomarle una foto frente al cerro de los Siete Colores.

-No puedo creer que me hayas hecho hacer eso.- estaba detrás de mí mientras ambas mirábamos la foto que acababa de tomar con mi celular.

-Es que no podés decirme que no.

-Bueno, en otras situaciones sos vos la que no puede decirme que no.- susurró en mi oído.

Sentí la excitación acumularse en mi entre pierna y traté de ocultar mi sonrisa sin éxito. Ella me tenía y lo sabía.

-Está empezando a hacer frío ¿volvemos?

El sol se acercaba lentamente al horizonte y regresamos al hotel para cenar.

Era una noche despejaba y la luna se alzaba sobre los cerros. Nos sentamos en el balcón, yo entre sus piernas, envuelta en sus brazos y unas mantas para disfrutar la vista por última vez, ya que por la mañana regresaríamos a la ciudad para tomar nuestro vuelo de vuelta a casa.

-Gracias por este viaje, fue hermoso.

-Gracias a vos.- sentí sus labios rozar mi mejilla.- hace unos meses estaba convencida de que nunca iba a tener esto, no puedo creer estar acá con vos. Te amo tanto Kiara, no quiero perderte nunca, te juro que a veces me aterra.

-Lo sé, a mí también. A veces... todavía sueño que despierto y no estás.-confesé.

-¿De verdad? Nunca dijiste nada.

-No, porque cuando despierto sí estás. Estás al lado mío o te escucho en la ducha o preparando el desayuno. Solo es un sueño, sé que no es real. Ya no duele, ya no me quita el aire, es simplemente un recuerdo.

-Respecto a eso... Aquel día que Laura nos encontró... dijo que te ahogabas en llantos, ¿A eso te referís con que...?

Suspiré, no había vuelto a hablar de eso, pero después de estos días viajando juntas, después de estos meses con Vanessa, ya no sentía que tuviera que avergonzarme.

-No le dije a nadie lo que había pasado entre nosotras, me sentía muy estúpida, quería olvidarlo para siempre.- Dirigí mi vista hacia las estrellas, recordando ese tiempo.- Empecé a trabajar y me centré en eso por completo. Pensé que estaba bien, que no había sido nada importante y que podía manejarlo con facilidad... y fue así, hasta la fiesta de fin de año.

-¿La fiesta en la quinta?

-Sí, fue la primera a la que asistí. Laura ya era una persona cercana para mí, pero ella estaba en pareja y no compartíamos mucho tiempo fuera de la escuela. Después de esa fiesta me invitó a quedarme en su casa, su novio tenía una fiesta del trabajo y dijo que podíamos hacer una "noche de chicas". Después me di cuenta que fue una excusa. Laura sabía que yo ocultaba algo porque nunca hablaba de chicos ni de nadie, así que esa noche quería que habláramos.

-¿Ella lo sospecha?

-¿Que yo era lesbiana? No creo, pero intuía que algo me había pasado para que yo obviara ciertos temas. En la fiesta habíamos tomado bastante y en su casa seguimos tomando. Y aunque yo fingiera que estaba bien no había un solo día en que no pensara en vos.- la miré por un momento, sus ojos estaban tristes y llenos de culpa. Me acerqué y la besé con suavidad.- No te culpes.- susurré.- Ya pasó y sé que no soy la única que lo pasó mal.

Ella asintió y vi una lágrima rodar por su mejilla, aunque se apresuró a secarla.

-Entonces... ¿le contaste a Laura?

-Sí. Ella supo llevar la conversación para que yo me sintiera cómoda y al final lo preguntó directamente. Quería saber qué me había pasado para que no estuviera interesada en nadie... Y entonces le conté, todo. Cómo me enamoré de vos, lo que compartimos y cómo de un día para el otro simplemente...desapareciste.- Sentí sus brazos tensarse alrededor de mi cuerpo, abrazándome.- Entonces rompí a llorar, lo que no había llorado en un año y porque se había cumplido un año exacto desde aquella noche. Y simplemente no podía parar, solo lloraba y dolía y... creo que Laura realmente se asustó, pero no me lo demostró, me abrazó y me consoló hasta que muy de a poco empecé a calmarme.- Ahora sentía mis lágrimas caer por mis mejillas al recordar la forma en que mi amiga me había abrazado esa noche.

-Kiara, lo siento tanto.- Vanessa me abrazó más fuerte.

-La extraño, Vane.

-Lo sé amor, lo sé.

-Me acuerdo que me acostó en su cama y se quedó conmigo hasta queme dormí. A la mañana siguiente ella estaba durmiendo en el sillón. Canceló sus planes de ese día para hacerme compañía. Escuchó todo lo que no había dicho en un año, me convenció para que lo intentara con otras personas. Se convirtió en mi mejor amiga sin pedirme nada a cambio.- suspiré.- ¿Y ahora qué? Fui pésima amiga con ella.

-No es tu culpa lo que pasó. Uno no elige de quien se enamora y tampoco podemos evitarlo, ni elegir quién se enamora de nosotros. Dale tiempo, si te quiere no va a estar enojada para siempre.

-Pero tal vez no quiera ser mi amiga de nuevo. Supongo que las cosas no pueden ser perfectas.

-¿A qué te referís?

-Que no puedo tenerlas a las dos.

-Kiara...

-Ya sé, es estúpido.- giré entre sus brazos para quedar de frente a ella.

-No, no es estúpido. Entiendo a qué te referís.

-¿Por Tatiana decís?

-Sí, un poco por eso y también por lo que me acabás de contar. Laura es importante para vos porque es la persona que estuvo con vos cuando más lo necesitaste. Yo debería haber estado ahí, pero me alegra que la tuvieras a ella.

-Pero no te cambiaría por nadie.- envolví mis brazos en su cintura y nos abrazamos.- Te amo. Gracias por escucharme.

-Gracias a vos por contarme, por confiar en mí.


Bueno, como dije, tenía varios capítulos escritos y hoy los terminé de corregir...

A partir de ahora van a pasar... otro tipo de cosas... Así que no sé cómo va a salir y hay cosas que todavía no termino de definir, pero creo que va a ser más interesante...

Gracias a todos por leer!!!

Tramposo DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora