| 3 | LOVE: UNA NOTA MÁS ✔️

31 - ❥

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Sus ojos están fijos en mí y entreabro los labios para decir algo, pero al segundo vuelvo a cerrarlos, no ocurriéndoseme nada por decir.

―Te hice una pregunta ―Trata de sonar calmado, aunque no lo está, lo puedo sentir.

Me levanto de su regazo y me acomodo la ropa, haciendo cara como de que no sé que me pudo pasar.

―No sé. Seguro me golpeé con algo sin darme cuenta y me quedó la marca, ya sabes que mi piel es sensible.

Guarda silencio, recorriéndome con los ojos y tal es la mirada tan fuerte que me da que salgo rápido del cubículo y me lavo las manos. Levanto disimuladamente la mirada al espejo para ver que está haciendo y me encuentro de nuevo con sus ojos. No deja de mirarme mientras se abrocha el pantalón.

Bajo la mirada de nuevo y siento sus pasos acercándose y su brazo rozándome cuando se ubica a mi lado y abre la otra llave del agua para lavarse las manos y la cara.

El silencio que se forma es incómodo, de aquellos que no me gustan. Termina de lavarse y camina a la puerta.

―Jake...

Me giro para verlo, pero me ignora y sale del baño.

―Mierda ―Lo persigo―. ¡Jake!

Entra al estudio y me cierra la puerta en la cara cuando estoy por entrar detrás de él. Parpadeo varias veces y tomo el pomo de la puerta, abriendo y entrando. No está en la primera sala, así que me dirijo a la segunda y lo encuentro poniéndose la guitarra acústica.

―Oye...

―No estoy de humor ―interrumpe.

―Lo sé, pero...

Me callo cuando me mira y veo enojo en sus ojos.

―No quiero que me hables hasta que decidas decirme la verdad.

Tenemos una lucha de miradas, y trato de mantenerla, pero la suya es tan expresiva y fuerte que me rindo...

―Está bien, te lo diré ―Respira hondo y me mira más tranquilo esperando mi respuesta―. Fui yo, ahora lo recuerdo. Me golpeé con el...

―No me hables.

Me da la espalda y soplo aire por la boca.

Le doy un rápido vistazo a la sala y frunzo el ceño al ver que no están los demás.

―¿A dónde fueron los otros?

Me lanza una mirada asesina por encima del hombros.

―Bien, no me digas ―Camino a la salida―. ¡Amargado!

Le grito antes de salir.

―¡Mentirosa!

Me detengo y estoy por devolverme, pero no lo hago porque... Tiene razón.

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Los demás habían decidido tomarse una pausa para ir a comer al restaurante de la discografíca. Estuve tan distraída con todo que ni siquiera había notado que era más de mediodía. No comí cuando llegué a la cafetería después de haber llamado a Tom, jugué con mi comida sin apetito y le di lo que dejé a Batman que estaba con los chicos y Nelson.

Cuando volvimos al estudio llevaba una bandeja en la mano y Batman caminaba a mi lado, ladrándole a todo aquel que quería acercarse a consentirlo. Es una cosa peluda y enorme, imposible no enamorarse, pero él no tiene corazón... Como el estúpido de su padre.