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— Más te vale que me des ahora mismo una buena razón para  desafiar a mi primo. Ponte de rodillas. — El castaño ordenó justo al azotar la puerta.

Wenhan obedeció en el acto e hizo lo que tenia que hacer si quería salir con vida. Al menos debía reconocer que a la vista el jefe de la casa Wang, era agradable.

Despues de varios minutos, Wenhan se puso de pie.

Yibo subió  su cremallera después de limpiarse de forma meticulosa.

— ¿Qué pasa con ese chico? ¿Se cree la gran cosa?

El doncel se mostró  asustado ante la mirada inquisitiva de Yibo. — Habla... Recuerda que la única razón que tiene Darren para no cortarte la maldita lengua es mi polla. Habla.

Wenhan asintió.
— No, el simplemente... Tiene... El no quiere.  Su prima Yixia... 

—¿ Yixia? Ese nombre me suena.

— Fue la chica que convenció a otra para que te sedujeran cuando sólo tenías 16.

— La recuerdo, pero mi padre no la mató por eso. ¿Qué hay con ella?

— No la mató en ese momento por un amigo con el que tenía negocios... Ella era prima de ese chico Xiao.

— ¿Así que el se asustó al darse cuenta?

— Sí y no. El dice que no quiere tener nada que ver con la gente que mató a su prima.

— ¿Sabe que ella lo quería vender?

— No lo creo. Ellos eran muy unidos...

— ¿Cuál es el capricho de mi primo? ...— Yibo se sentía curioso. — ¿Es tan llamativo?

— Soy un doncel también, pero puedo juzgar que tiene lo suyo.

— ¿Tienes una foto?

— No señor. Ese chico se ha vuelto muy escurridizo.

Yibo se sirvió algo de whisky. — Dale lo que quiere al estúpido de mi primo pronto. — Masajeo sus cabellos. — Necesito que se concentre en el próximo cargamento. Ofrecele más dinero.

Wenhan estaba ahí justo en frente de el sin saber que hacer aún si irse o quedarte.

— ¿Qué estás esperando? —

El rubio se mordió los labios ante el gruñido de Yibo.

— Piérdete de mi vista.

— Sí señor.

Caminó  por el pasillo escuchando los gemidos y las risas de las personas que habían traído. Sonrió maldiciendo.

El con el corazón en la mano mientras los demás se divertían bailando y teniendo sexo desenfrenado. No era justo!

Cuando vislumbró la silueta de Darren y Caminó de puntitas para ver si la libraba.

— Wenhan... Ven acá.

El rubio tragó entero. Miró para todos los lados. No estaba Yibo cerca... El único que podía salvarlo.

Darren se puso de pie. Y puso su mano sobre el cuello del doncel. — Mi buen Wenhan. — Poco a poco fue apretando su mano. — ¿Sabes qué tienes que hacer?

— si señor.

— No quiero más cosas baratas.

— Sí señor.

— ¿Cuánto te damos por las fiestas?

— 20.000 dólares. Señor. — Habló temeroso.

— Te daré 100.000 si recuerdas este nombre... Xiao Zhan... Labios bonitos... Lunar cerca del labio inferior... Cabello negro... Culo precioso...

— Sí señor.

— Puedes hacerlo. — Cuando le empezó a faltar el aire, Darren se burló perversamente. — confío en ti, bebé. —En seguida lo besó.

Hijo de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora