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— Te puedo acompañar. — Zhan le sonrió a Jingyu. El administrador de la panadería e hijo del dueño del pequeño negocio. — No es bueno que vayas tan tarde por ahí sólo. 

— Uhmmm... Me conozco bien el camino. No me voy a perder. — Se burló mirando al piso timidamente... Las mejillas rosadas le daban una buena señal al administrador. — Tampoco habrá peligros. Conozco a todos los vecinos. 

— Está bien. Está bien. Me atrapaste. Sólo quería pasar un poco más de tiempo contigo. Últimamente el trabajo es estresante. 

Zhan rodó los ojos. — ¿Me lo dices a mi?. Hoy estuve de pie todo el día. 

— Con mayor razón. Me aseguraré de que llegues a casa. Puedo cargarte si te cansas mucho... 

— Jajaja... ¿Qué dices? — El palmeó su hombró y fue cuando la mirada de ambos se conecto. 

En la entrada de la panadería debido a que no habían terminado los turnos un cliente carraspeó su garganta. 

El hombre se había vuelto usual y siempre le dejaba algo de propina a Zhan. 

Al terminar el turno, Zhan terminó por aceptar que Jingyu le acompañara en la mitad del recorrido ya que su casa estaba muy cerca. Sin embargo, no le dió nada más que una linda sonrisa antes de cruzar la esquina... Y esto porque le pareció ver una de las camionetas de los Wang a lo lejos, más espeficamente el rostro de Yixuan. Otro de los chicos que había crecido con el. 

Zhan bufó molesto. 

No era la primera vez que sentía que lo vigilaban.. Que lo perseguían. Y eso sólo le hacía odiar más a Darren. 


Mientras Jingyu regresaba feliz a la panaderia de su padre. Pudo escuchar los estruendosos vidrios quebrandose. Su corazón latió muy rápido y corrió a ver que sucedía. 

Yixuan...  Hacía un desastre. Al verlo, la puerta de la camioneta se abrió, Darren bajó y varios hombres le siguieron. 

— ¿Cual es el problema? Nosotros no nos hemos metido con nadie. — Exclamó el anciano, padre de Jingyu que fue retenido por dos hombres. 

— Esta es una advertencia. — Yixuan caminó alrededor de Jingyu. 

— ¿Advertencia sobre que? 

— Debes aprender a no tocar.... A no mirar lo que me pertenece. 

Jingyu frunció su ceño. Su padre regañó. — Jhonny... ¿Qué es lo que hiciste? ¿Por qué está gente está enojada contigo?. — Su padre quería golpearlo. 

— No lo sé padre... No lo sé... Lo juro. 

— ¿Ah no lo sabes? ¿ Crees que no he visto como miras a Zhan? 

— ¿Ah? ¿El es soltero? 

Otro golpe a la vitrina. — ¿Según quien? 

— Está bien... Está bien... — El chico accedió a todo lo que Darren le decía cuano vio que se dirigió a su padre. 

Asustado. Empezaron a recoger todo cuando Darren se fue.

Yixuan regresó y lanzó unos billetes. — Que sea la última vez... — Se giró de nuevo. — Por cierto, aquí nada ha pasado. 

Ambos asintieron. Nerviosos. 

Zhan en el otro lado del pueblo. Se había estado mordiendo los labios. Después de ver a Darren temía tanto por las personas a su alrededor, por las personas que lo habían ayudado... Sobretodo por su madre. 

Tomó su celular viejo y llamó a Wenhan... — Acepto. 

Hijo de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora