Xiao Zhan se quedó quieto... Después de que Yibo le liberara. El todavía podía sentir un poco como la lengua había invadido su boca y había chupado su labio inferior estirandolo hacia el. Sus ojos cayeron hacia los labios del castaño antes de que escuchara como los dos hombres se desafiaban.
Zhan fue jaloneado y en un momento en el intercambio de disparos. El soltó la mano de Yibo.
El castaño no quiso ser evidente, pero miraba de reojo al que estaba en la columna del frente. Yibo logró llegar donde tenía su pequeño arsenal y fue cuando la fiesta realmente comenzó.
Un par de granadas fueron lanzadas... El intercambio de disparos duró varios minutos. A Xiao Zhan le cubría una columna... Sentía como las balas pasaban a cada lado. Cerró los ojos hasta que sintió que un cuerpo más grande lo envolvió.
Yibo apenas lo miro. Puso su mano sobre su cintura... Zhan contuvo la respiración y sin pensar en lo que estaba haciendo su mano se deslizó de forma suave sobre el pecho de Yibo... El castaño se tensó hasta que la mano de Zhan se posó en el objeto duro.
El la sacó de su cintura y miró a Yibo esperando aprobación.
— ¿Sabes como usarla?
Zhan se mordió los labios. — No.
Yibo le miró de forma oscura... Los labios de Zhan eran esponjosos y después de haberlos chupado y sentir lo suaves que eran...
Yibo soltó una ráfaga de disparos en respuesta a su propia distracción. Era difícil pensar cuando los pezones del doncel se sentían erguidos sobre su pecho y prácticamente su cuerpo estaba arrinconando a Zhan contra el muro.
Yibo dudo. ¿Debía enseñarle? ¿Y si después era inconveniente para el?
El no debía confiar en nadie.
Le mostró como quitar el seguro y pronto Zhan disparo. La primera vez su muñeca dolió... — Tienes que cubrir tu cuerpo. — En seguida el castaño regañó por el descuido, estirando su brazo para cubrirlo y fue cuando el mismo se mordió el labio por el dolor que le perforó.
— HDP... — Jackson vio todo el movimiento. Primero renegó... Le dijo a su jefe que se deshiciera de Zhan... y en seguida enfureció. Perdió su paciencia y empezó a soltar ráfagas sin tan siquiera mirar.
— Yixuan... Busca la rata! — Al escuchar su nombre soltó un par de granadas más y fueron peinando la zona.
Bouboo corrió a ver que tan grave era.