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— Maldita sea. Sosten su cabeza. La única razón por la que sigues vivo es porque el jefe tuvo que salir.

El castaño tenía los ojos vendados. El sintió que uno de los hombres se acercaba a el confiado porque estaba atado. Yibo movió su cabeza bruscamente y logró golpear el tabique del hombre.

En seguida soltó una carcajada.

— No te exasperes.— El hombre le pateó el abdomen.

— Podemos negociarlo con las otras casa. — Bufo.

El murmuró para que Yibo no escuchara. — No funcionara. Parece que su perra les convenció de mantener los acuerdos.

— ¿Sabes lo que está haciendo?... Me acaba de marcar. Sí Darren no viene pronto... Me tomará como su conejillo de indias si algo sale mal.

— Callate.

Yibo se carcajeo más fuerte. — Tienen tanto miedo... Puedo olerlo a kilómetros. ¿Qué pasa? ¿La rata de mi primo esta en problemas?

El hombre golpeó de nuevo. — Callese de una Maldita vez. — Otro golpe.

— Vamos! Vamos! Golpea más fuerte! Apuesto que la única manera en que podrías hacerlo es teniendome así atado.

El tipo se detuvo. — Siga burlándose ahora. Cuando tengamos a su perra... Me encargaré... De que no quede un hombre en el planeta sin que lo pruebe. Es dulce, ¿Verdad?

— No puedo esperar para estar dentro de el.

Yibo enfureció. Enfureció tanto que uno de sus manos fue liberada a la fuerza dejando en su brazo un moretón. Sin embargo fingió... Fingió hasta que tuvo al sujeto lo suficientemente cerca. Se descubrio el rostro y con ese brazo...
Yibo estaba estrangulando al que se estaba burlando de su doncel.

— Atrévete! Te reto! Te faltara pellejo para toda la mierda que te haré. Y créeme vas a gritar y delirar pero no precisamente de placer!

Estudio su rostro. Lo memorizo... Conocía a ese hombre de antes. — Tal vez no... Tal vez juegue con tu hermana al tiro al blanco en mi jardín.

El otro viendo lo que estaba pasando comenzó a disparar sin saber a donde. El cuerpo del sujeto cubría a Yibo. Cuando le hizo perder el conocimiento lo soltó.

— Te mataré! En cuanto el jefe vuelva te mataré! — Yibo estaba sangrando en su boca. Pero su sonrisa se volvió frenetica viendo la mirada del sujeto... Supo que algo estaba yendo mal para ellos.

No era nada que no le hubieran hecho antes...

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Hijo de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora