Jackson quería que Yibo tuviera un cumpleaños especial. Así que a pesar de que se supone que debían manejar bajo perfil por un periodo considerable de tiempo. Logró que ciertos contactos hicieran la oferta.
Ella era una de las actrices más populares del momento.
Y el doncel, un modelo que empezaba a posicionarse en las pasarelas internacionales.
— Ya dije que no estoy interesada y no me moleste más o llamare a la policía. No se que clase de mujer cree que soy.
— Es una lástima. Disculpe. — el sujeto hizo resaltar el llavero del Mercedez sobre su mano.
La chica casi se atora con su propia saliva. — ¿Usted... Eso es para mi?
— Dijo que no estaba interesada.
Ella miró para todos lados desconcertada y sigilosa. El sujeto la había abordado por varios días... Jackson sabía que a Yibo le llamaba la atención, así que hizo su última oferta.
— Bien. Mándame la dirección. — Estiró su mano y se montó en el alto con el pecho totalmente hinchado. No sabía quien era la persona que la había mandado a llamar, pero... esa noche deslumbraria con su auto en el evento.
Al modelo, le bastaron con un par de millones para convencerlo.
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La música estaba a todo volumen desde muy temprano. Xiao Zhan ya estaba de los nervios cuando empezó a ver mujeres y donceles desfilando en ropas muy pequeñas de un lado para el otro. Algunos ya traían el olor a sexo impreso en ellos ya que los guardaespaldas no habían perdido el tiempo.
El se iba a refugiar de ese ambiente horrible en su habitación, cuando la atención se centro en la entrada. Todos le hicieron la antesala. Alguien murmuró... — El regalo para el jefe.
Zhan se mordió su labio inferior. El trató de ignorar el tema pero desde la segunda planta escuchaba. — Es más hermosa en persona. — A Zhan se le revolvió el estómago de forma extraña y estudio cada detalle de la mujer. Era hermosa... El la había visto muchas veces en televisión...Sus accesorios y su ropa tan caros.
Miro para sí. Levantó los hombros y se escondió al ver otro chico. No menos hermoso que la mujer.
Elegantes...
Imponentes...
Cerró la puerta de la habitación y aunque quiso evitar, desde ahí aún se escuchaba la música y la algarabía. Maldita sea... Nunca había odiado tanto la vista que tenia de la piscina. Ahí estaba Yibo la mujer se sentó a un lado del mueble en el que estaba el... El chico se sentó justo en el otro lado. Ambos a su alcance y ninguno de los dos parecía disgustado. A su lado Haikuan echaba un vistazo a las mujeres y donceles.
Zhan cerró la ventana al tiempo que Yibo de una palmada empujó a ambas celebridades a la pista en medio de la piscina para que bailaran para el.
Jackson estaba satisfecho por el regalo de su jefe.